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2010/07/02

El hombre que intentó cambiar la forma de medir el tiempo

Fuente: ABC.

En la breve, pero intensa historia de internet, se han producido movimientos tan interesantes como curiososos. Precisamente a través de ALT1040, uno de los blogs con más solera del mundo hispano y que ha visto pasar muchas páginas de esta cronología, hoy vamos a recordar un capítulo singular.
Lo hacemos fundamentalmente porque su protagonista, Nicolas Hayek, acaba de fallecer en Suiza. Probablemente el nombre no resulte familiar por sí sólo, pero la cosa cambia si os decimos que fue el fundador de la conocida marca de relojes Swatch. De sangre libanesa y estadounidense, decidió adquirir la nacionalidad helvética hace 45 años. Rescató la agonizante industria relojera de su país en 1983, y desde entonces se había convertido en un gurú de las finanzas internacionales. En la actualidad, su grupo empresarial tiene 24.000 empleados en todo el mundo y supera los 5.000 millones de dólares de facturación.
La relación de "Mr. Swatch" con la red de redes comenzó en 1.998 cuando, junto al arquitecto estadounidense Nicholas Negroponte, decidió impulsar una nueva forma de medir el tiempo que evitara las zonas y husos horarios y que, por tanto, fuera universal y usable por cualquier persona del planeta. A este concepto lo bautizaron bajo el nombre de "Swatch Internet Time", "Beat Time" o más comunmente, "Hora Internet". La nueva unidad de tiempo propuesta por este sistema era el "beat" (pulso en inglés) y cada día quedaría dividido en 1.000 beats, o lo que es lo mismo, cada beat equivaldría a un minuto y 26,4 segundos.
Durante algún tiempo, la "hora internet" tuvo bastante repercusión y no fueron pocas las plataformas digitales que mostraban el tiempo beat en sus páginas. De esta forma, un ciudadano de Pekín podría quedar para chatear con uno de Madrid a las @750 o uno de Francia podría quedar en el aparcamiento de un aeropuerto con otro de México a las @320.
Sin embargo, y a pesar del esfuerzo de sus promotores por impulsarlo, el nuevo sistema pronto encontró complicaciones. La primera, atendía a factores comerciales, ya que sólo funcionaba en relojes y dispositivos Swatch, lo cual fue interpretado por la competencia como una estrategia de mercado y la segunda, a factores mucho más esenciales, como la voluntad de una sociedad que se negaba a cambiar uno de sus usos y costumbres más arraigados, la forma de medir el tiempo. Seguro que muchos geeks, "víctimas del marketing", aún guardan a buen recaudo alguno de los miles de relojes, ahora casi fósiles, que marcaban la hora Swatch.
Por cierto, este artículo fue publicado a las @395.

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