Hay momentos en que los relojes más precisos del mundo marcan las 23:59:60. No se han vuelto locos ni están averiados, sino que lo hacen respondiendo a un pacto entre los humanos, añadir un segundo cada varios años para que los relojes sigan sincronizados con el tiempo solar. Es lo que se conoce como segundo intercalar. Esta semana se ha discutido si dicha práctica, vigente desde hace 40 años, debía desaparecer, pero finalmente no se ha logrado un acuerdo para ello.
En el Sistema Internacional de Unidades, el segundo se define por parámetros atómicos, no por el tiempo solar. Los relojes atómicos, que determinan el llamado Tiempo Universal Coordinado (UTC), son extremadamente precisos porque miden el tiempo basándose en las inmutables vibraciones de los átomos. Sin embargo, la rotación terrestre pierde velocidad por el tirón gravitatorio de la Luna y el Sol, lo que alarga poco a poco el día solar. Cuando el organismo encargado de vigilar la rotación de la Tierra encuentra que el día solar se ha retrasado 0,9 segundos respecto a los relojes atómicos, emite un aviso, y entonces se programa un segundo intercalar con al menos seis meses de antelación. Desde 1972 se ha repetido la maniobra 24 veces, la última el 31 de diciembre de 2008. El próximo segundo intercalar está previsto para el próximo 30 de junio.
Pero, para muchos expertos, el segundo intercalar tiene más inconvenientes que ventajas. Internet, los controles de tráfico aéreo, las redes de energía o los sistemas de comunicación deben pararse manualmente durante ese segundo muerto.
Pero de momento todo seguirá como hasta ahora, ya que ayer no se logró un acuerdo entre los partidarios del cambio, EEUU y Francia, y los detractores, Reino Unido cuyo estándar GMT perdería relevancia y China, que alegan la confusión que se crearía en el sistema UTC y que no se ha planificado una alternativa de ajuste a largo plazo. Algunos países pidieron más estudios, lo que, según el portavoz de la UIT Sanjay Acharya, podría demorar la decisión hasta la próxima Conferencia Mundial de Radio de 2015.
En el Sistema Internacional de Unidades, el segundo se define por parámetros atómicos, no por el tiempo solar. Los relojes atómicos, que determinan el llamado Tiempo Universal Coordinado (UTC), son extremadamente precisos porque miden el tiempo basándose en las inmutables vibraciones de los átomos. Sin embargo, la rotación terrestre pierde velocidad por el tirón gravitatorio de la Luna y el Sol, lo que alarga poco a poco el día solar. Cuando el organismo encargado de vigilar la rotación de la Tierra encuentra que el día solar se ha retrasado 0,9 segundos respecto a los relojes atómicos, emite un aviso, y entonces se programa un segundo intercalar con al menos seis meses de antelación. Desde 1972 se ha repetido la maniobra 24 veces, la última el 31 de diciembre de 2008. El próximo segundo intercalar está previsto para el próximo 30 de junio.
Pero, para muchos expertos, el segundo intercalar tiene más inconvenientes que ventajas. Internet, los controles de tráfico aéreo, las redes de energía o los sistemas de comunicación deben pararse manualmente durante ese segundo muerto.
Decisión aplazada
Los 200 países de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un brazo de Naciones Unidas con sede en Ginebra, se han reunido esta semana en la ciudad suiza para decidir si el segundo intercalar pasaba a la historia. Vincent Meens, del grupo de expertos de la UIT que lidera la propuesta, explicó a Reuters que la eliminación del segundo ofrecería "una medición del tiempo más estandarizada" que facilitaría "la sincronización de todos los sistemas". Como ejemplo, Meens mencionó los sistemas que se sincronizan por GPS, ya que este no utiliza el segundo intercalar.Pero de momento todo seguirá como hasta ahora, ya que ayer no se logró un acuerdo entre los partidarios del cambio, EEUU y Francia, y los detractores, Reino Unido cuyo estándar GMT perdería relevancia y China, que alegan la confusión que se crearía en el sistema UTC y que no se ha planificado una alternativa de ajuste a largo plazo. Algunos países pidieron más estudios, lo que, según el portavoz de la UIT Sanjay Acharya, podría demorar la decisión hasta la próxima Conferencia Mundial de Radio de 2015.