Si escribimos la palabra «fútbol» en Google aparece en primer lugar la página de la Liga Nacional, una remisión a la Wikipedia, una web especializada y, cómo no, noticias sobre la selección española. Todas, informaciones en español. El responsable de que esto sea así y no de otra forma, tiene un nombre. Es Amit Singhal, jefe máximo del equipo de búsquedas de la compañía de Mountain View, un ingeniero de software de origen indio con un poder inmenso. Él decide, por medio de la tecnología que desarrolla, qué es lo que los internautas de todo el mundo encuentran en la Red cuando teclean una palabra. «Un buscador perfecto debe ser instantáneo y darme la información que quiero sin hacerme esperar», explica durante una visita a la sede de Google en Madrid. ¿Lo ha conseguido? Todavía no del todo. A pesar de que el buscador es capaz de ofrecer una información de cientos de caracteres apenas tres segundos después de ser publicada en internet, Singhal busca aún más velocidad: «faster, faster» («más rápido, más rápido»), insiste . Y reconoce una segunda debilidad del todopoderoso y eficiente Google: su algoritmo no siempre nos da lo que buscamos. Sin embargo, en cuestión de pocos años, predice que se se convertirá en una especie de asistente personal indispensable en nuestras vidas.
Singhal se siente orgulloso de que algunos de los sueños que tenía hace 20 años, cuando internet apenas había dejado de gatear, se hayan cumplido: la búsqueda de imágenes, que el buscador elige incluso por su textura y color -«comprendemos que una playa tiene que tener agua azul y arena blanca»-, la posibilidad de obtener información de lo que nos rodea a través de Street View o Google Earth, o la traducción simultánea de un texto a otros idiomas. Otro hito en la historia del buscador es, según este «Google fellow» (una categoría especial de trabajadores de la empresa de Mountain View), la introducción de búsquedas relevantes para los ciudadanos de cada país, de forma que si un español, un argentino o un chileno escriben «fútbol» en Google, los resultados serán distintos para cada uno de ellos.
«Y algo más difícil aún que se ha cumplido: la tecnología de personalización». Después de dar su autorización, al usuario le aparece en su pantalla en primer lugar lo que más le interesa según su historial de navegación. «Si escribo «lords» («señor» o «noble» en inglés) en vez de un artículo sobre espadas o castillos, como me encanta el críquet, mi primer resultado es el campo de Lords en Londres, el más famoso del mundo», explica Singhal. De esta forma, Google es diferente para cada persona.
La comprensión del lenguaje por parte del buscador es una de las preocupaciones reconocidas de este «gurú», pero su mayor obsesión es la velocidad. «El «Real Time» (búsqueda en tiempo real) nos permite conocer lo que se ha publicado en internet en cuestión de segundos, es alucinante». Sin embargo, cree que aún debería ser más rápido. «Instantáneo» es la meta.
El error de una máquina
Pero Google no es un mundo perfecto. Muchos usuarios no comprenden por qué el buscador da prioridad a sitios como la Wikipedia o MySpace a las páginas oficiales de una institución o un grupo de música, o que incluso se pongan por delante de la enciclopedia británica. «El orden de las páginas lo decide una máquina, no un ser humano», se excusa el ingeniero. «Nos da los mejores resultados posibles, pero no son perfectos y se cometen errores. Nos lo tomamos muy en serio y corregirlo es nuestro principal objetivo». En su defensa, asegura que «Google es solamente un reflejo de lo que han creado los seres humanos en la Red. La Wikipedia es un maravilloso recurso en nuestros días y nuestros algoritmos recogen que los usuarios prefieren esta información».
Otra de las preocupaciones de Google es la privacidad. «Es vital para todos los usuarios. Nos esforzamos muchísimo para ser transparentes y utilizar bien los datos que los usuarios nos dan de forma explícita», lo cual no ha evitado que se produzcan casos de violación privacidad por parte de Street View en varios países. «Fue un error, no tenía que haber pasado», admite.
«Buscar sin buscar»
¿Cómo será el futuro del buscador? Amit Singhal cree que se producirá un «buscar sin buscar», de forma que gracias a un sistema que incluye nuestra agenda, calendario y lista de tareas, Google se anticipará a nuestras necesidades y, a través del móvil, nos solucionará la vida como si fuera nuestro mayordomo o un secretario personal, diciéndonos, por ejemplo, dónde comprar un iPad y cuántas existencias del dispositivo quedan en las tiendas más cercanas, o si es mejor que cancelemos una reunión porque un accidente en la carretera nos impedirá llegar a nuestro destino. «Esto nos permitirá ser más eficientes y ahorrar tiempo y dinero». La tecnología para ello estará disponible «en dos o cinco años», aunque al principio «será muy rudimentaria». Para conseguirlo, admite que todavía hace falta mucha investigación. De momento, lo que Google no puede hacer es predecir el futuro.
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