Hace ya más de 30 años que la empresa Mercadona nació en Valencia bajo el auspicio empresarial de Juan Roig, junto al que ha crecido desde entonces, hasta convertirse en un gigante de la distribución de talla mundial. De hecho, aunque opera sólo en España con 1.276 supermercados, los 14.284 millones de euros de cifra de negocio con que cerró 2008 la aupan hasta el puesto 38º de todo el mundo en la edición de 2010 del informe Global Powers of Retailing, elaborado por Deloitte y la revista Stores, por encima de conocidas compañías como El Corte Inglés.
Estas espectaculares cifras de explotación y un original modelo de gestión ha atraido la atención de investigadores de las escuelas de negocio más prestigiosas del planeta, como la de Harvard, que acaban de publicar un artículo en el que analiza en profundidad las claves del éxito de la empresa española. En la bitácora Yorokobu podemos encontrar un buen resumen de este informe, con los principales puntos que marcan la diferencia de Mercadona respecto a sus competidores.
En primer lugar, destaca su compromiso con los empleados, a los que ofrece estabilidad en el puesto de trabajo (el 85% son indefinidos), homogeinización de niveles y responsabilidades (muchos de ellos puedan realizar el trabajo de otros, sin complicaciones), formación continuada (en 2008 la empresa invirtió 4 semanas de formación y 5.000 euros para cada nuevo empleado), incentivos sobre objetivos y unos salarios ligeramente por encima de la media del sector. Además, nunca trabajan los domingos.
Por otra parte, según destaca el artículo de Harvard Business School, Mercadona cuida enormemente la atención al cliente, procurando que sus precios sean siempre estables y atractivos, con una gama de productos no tan amplia como la de la competencia (y un 43% menos que un supermercado americano), pero que sus empleados conocen más a fondo, con el objetivo de asesorar mejor al cliente en su elección.
Por último, la vinculación con los proveedores se basa en la confianza, con relaciones a largo plazo a través de los cuales se pueden compensar los ajustes en los precios, con plazos de pago más cortos que la competencia y una colaboración que implica en muchos casos la conversión de los productos marca blanca. Precisamente, la autora del informe concluye que este modelo es difícil de implementar en una compañía americana con la presión que eso conlleva. «Mercadona no tiene en cuenta la maximización a corto plazo de los beneficios. Siempre tiene en cuenta el impacto de la decisión en el cliente, los empleados, los proveedores y la sociedad antes de los beneficios».
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