En la era de la TV de alta definición a 1080p, cuando casi todos los hogares tienen al menos un ordenador y los escolares llevan móviles de última generación, resulta difícil recordar los tiempos en que para ver un espectáculo teníamos que desplazarnos a un teatro. Ha llovido mucho desde entonces, pero los teatros siguen ofreciendo obras y musicales, se siguen interpretando sinfonías y los músicos siguen entreteniéndonos. Sin embargo, ¿cómo pueden competir con los nuevos medios con la esperanza de atraer a un público más joven? Como dice el refrán: si no puedes vencerlos, únete a ellos.
Un estudio publicado este mes por el National Endowment for the Arts (NEA) ha revelado que quienes participan de las artes a través de diversos medios digitales tienen tres veces más propensión (un 59% sobre un 21%) de asistir a actuaciones en vivo, y lo hacen con el doble de frecuencia (6 eventos al año sobre 3) que quienes no utilizan dichos medios. Con el título de Público 2.0: cómo influye la tecnología sobre la participación en las artes, el estudio llega a la conclusión de que “la participación en las artes basada en los medios parece fomentar, más que sustituir, la asistencia a eventos artísticos en vivo”.
El informe, que puede consultarse en su totalidad en internet por primera vez este año, menciona varios ejemplos de cómo las entidades artísticas están llegando al público con iniciativas de medios en internet. La New York Public Library, KQED Public Media y la Smithsonian Institution no son más que unos pocos de los grupos que ofrecen material artístico online a través de servicios como YouTube y iTunes U.
La red de televisión Higher Education Learning Channel de St. Louis lleva sus propuestas a otro nivel al ofrecer aplicaciones para iPhone y iPad para que el nuevo público pueda interactuar con vídeos y grabaciones de audio de actuaciones locales.
“Se nos presentan internet, los social media y otras nuevas tecnologías, y creo que el campo de las artes debe asumirlas e integrarlas en nuestro trabajo”, afirmaba el Presidente de la NEA, Rocco Landesman.
Interpretación digital
Sin embargo, el alcance de los nuevos medios en las artes no termina una vez que las organizaciones atraen a los miembros del público a sus recintos; muchas producciones de arte dramático integran la tecnología y los medios interactivos en la propia actuación. El verano pasado, la National Symphony presentó notas de su programa a tiempo real que llegaban al publico a través de Twitter.
Algunos compositores incluso han comenzado a escribir música que requiere específicamente el uso de ordenadores y tecnología durante su interpretación. Los programas informáticos que permiten procesar en directo los sonidos creados por las acciones del intérprete han expandido ampliamente las posibilidades de creación en audio más allá del ámbito normal de la instrumentación. Otros programas pueden producir visualizaciones ricas basadas en señales de entrada de sonido en directo, lo que crea experiencias artísticas únicas con cada interpretación.
Otros compositores, como Eric Whitacre, han llegado al punto de utilizar los social media para crear actuaciones virtuales de su música por crowdsourcing-. Para sus obras para coro “Sleep” y “Lux Aurumque”, Whitacre ha publicado un vídeo suyo dirigiendo cada pieza, para que otros puedan grabar las distintas pistas de audio (soprano, alto, bajo, etc.) y enviarlas. Whitacre las ha sincronizado a continuación para crear actuaciones de “coro virtual” que se han publicado en YouTube.
Para un amante de la música como yo mismo resulta increíble ver cómo se usan los social media y la tecnología de estos modos únicos para aumentar la presencia de las artes entre nuevos tipos de público. Estos últimos ejemplos sólo se centraban en la música, pero los medios nuevos se están utilizando de muchos otros modos nuevos en teatro, danza y más artes que se interpretan en vivo.
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