Fuente: Pueblo en Linea.
Una tecnología desarrollada por investigadores brasileños permite usar el bagazo de caña de azúcar, un residuo abundante y de bajo precio en el país, en la mezcla para la fabricación de asfalto.
La sustitución de la fibra de celulosa que se le mezcla al asfalto por bagazo de caña de azúcar reduce significativamente el precio del material, informó hoy "Ciencia Hoje", el portal de noticias de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia.
La sustitución, además, podrá darle un nuevo destino a las miles de toneladas de residuos que deja la caña en Brasil, país que es el mayor productor y exportador mundial de azúcar refinada y de etanol de caña de azúcar.
Brasil produce cerca de 132 millones de toneladas de bagazo de caña de azúcar al año.
La mayor parte de ese material es utilizado por los propios productores como combustible para sus calderas, pero una quinta parte es arrojada al medio ambiente.
Actualmente, al asfalto se le mezcla fibra de celulosa como aditivo estabilizante y para evitar que el cemento se escurra durante las etapas de mezcla y de aplicación del material.
Los investigadores del Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Río de Janiero (IFF) desarrollaron una tecnología que permite usar la caña de azúcar en lugar de la fibra de celulosa como el elemento estabilizante.
"La principal ventaja de esta sustitución es el costo significativamente inferior", explicó Claudio Leal, investigador del IFF y uno de los coordinadores del proyecto.
"El aprovechamiento de este residuo industrial también contribuye para el desarrollo sustentable", agregó el investigador.
La solución fue desarrollada para asfalto de tipo piedra mátrix (SMA, por sus siglas en inglés). Se trata de una mezcla asfáltica desarrollada en Alemania hace cinco décadas y empleada en la pavimentación de carreteras con tráfico intenso, aeropuertos, áreas de carga y descarga, estacionamientos y pavimentos resistentes.
De acuerdo con el investigador, el bagazo de caña no tiene que ser procesado para servir como aditivo para el asfalto. "Apenas tiene que ser molido y colado", aseguró.
"Por el contrario, la producción de fibra de celulosa para agregar al asfalto exige un proceso químico complejo y que genera algunos efluentes", según Leal.
Como cada tonelada de SMA absorbe cerca de 3 kilogramos de aditivo, son necesarios cerca de 12 reales (unos 6,5 dólares) en fibra de celulosa para realizar la mezcla. La misma cantidad de caña de azúcar prácticamente no cuesta nada.
Tras demostrar en laboratorio y en proyectos pilotos la viabilidad del uso de la caña de azúcar en el asfalto, los investigadores del IFF usarán la fórmula experimentalmente para la pavimentación este año de un trecho de la BR-356, una importante carretera en el norte del estado de Río de Janeiro.
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