Ante más de dos centenares de cámaras y en medio de gritos de aliento, seis voluntarios se aislaron hoy del mundo por 520 días para simular un viaje a Marte y estudiar la compatibilidad psicológica y la tolerancia de los tripulantes durante un vuelo interplanetario.
"Comenzad el experimento", ordenó Ígor Ushakov, director del Instituto de Problemas Biomédicos (IPBM) de la Academia de Ciencias de Rusia, en cuyo recinto se encuentra el simulador de nave espacial.
Sus palabras fueron contestadas con un entusiasta "a la orden" pronunciado por el comandante de los "viajeros interplanetarios", el ruso Alexéi Sitiov, tras lo cual los seis voluntarios entraron en el simulador y fueron cerradas las escotillas.
Junto con Sitiov, participan en el experimento "Marte-500" los también rusos Sujrob Kamólov y Alexandr Smoleevski, el ítalo-colombiano Diego Urbina, el francés Romain Charles y el chino Wang Yue.
Sin embargo, como manifestó hoy Urbina, junto al sexteto también "viajará" el escritor colombiano Gabriel García Márquez, cuyas obras se propone leer durante los próximos 520 días el "astronauta" ítalo-colombiano.
También lleva consigo un equipo electrónico de percusión, con el cual acompañará a la guitarra del francés Romain.
"Estoy convencido de que no nos aburriremos", aseguró Urbina, quien añadió que además de la versión digital de todas las obras de García Márquez también lleva una buena colección de vídeos y juegos.
Su colega francés, además de la guitarra, espera dedicar su tiempo libre a la historia del arte y el chino ha optado por los pinceles y las pinturas.
"Además, confío en introducir elementos de la cultura china en la vida de nuestra tripulación internacional", dijo Wang Yue, que también espera poder perfeccionar su ruso.
A diferencia de sus acompañantes, los participantes rusos del experimento fueron más que reservados.
"Si, nos han permitido llevar algunas cosas. Pero para mí lo importante ahora son mis obligaciones", dijo en tono castrense el jefe de la tripulación, Alexéi Sitiov.
Su compatriota, el médico Komólov, dijo llevar toda una biblioteca médica, fotos y otros detalles que le recordarán a la familia.
Smoleevski, también ruso, parece dispuesto a ayudarle en caso de necesidad, pues también confesó llevar gran cantidad de literatura médica y, además, manuales de varios idiomas extranjeros.
Todos los participantes coincidieron en que su objetivo principal es "llegar hasta el final del experimento".
De acuerdo con las reglas, cualquiera de ellos tiene derecho a retirarse sin tener que explicar las razones.
"Sería, por supuesto, una situación de emergencia, que por cierto se dieron en casos anteriores, pero confío en que esta vez no ocurra nada semejante", declaró el jefe del proyecto "Marte-500", el cosmonauta Borís Morukov.
Durante un año y poco más de cinco meses los seis voluntarios deberán compartir los 550 metros cúbicos que suman los cuatro módulos cilíndricos que conforman el simulador.
Permanecerán aislados del mundo exactamente el tiempo que lleva el vuelo de ida y vuelta a Marte, 490 días, más otros 30 de estancia simulada en el vecino planeta.
En la fase "marciana" del experimento se empleará un simulador de la superficie del Planeta Rojo, de 1.200 metros cúbicos, al que saldrán con sus escafandras los participantes en el experimento.
La recompensa de cada participante que cumpla plenamente el experimento será de 3.000.000 de rublos, cantidad equivalente a unos 100.000 dólares.
La Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos lanzaron en 2004 este ambicioso proyecto, al que se sumó posteriormente China y en el que también colaboran países como Estados Unidos y España.
En noviembre de 2007 se realizó un primer experimento preparatorio en el que seis voluntarios rusos permanecieron aislados del exterior durante dos semanas, mientras que en julio del año pasado se llevó a cabo un simulacro de vuelo al Planeta Rojo de 105 días.
"Hemos presenciado un gran acontecimiento mundial. Por primera vez en la historia de la humanidad se ha emprendido un simulacro de vuelo a Marte", declaró un alto cargo de la agencia espacial china.
"Comenzad el experimento", ordenó Ígor Ushakov, director del Instituto de Problemas Biomédicos (IPBM) de la Academia de Ciencias de Rusia, en cuyo recinto se encuentra el simulador de nave espacial.
Sus palabras fueron contestadas con un entusiasta "a la orden" pronunciado por el comandante de los "viajeros interplanetarios", el ruso Alexéi Sitiov, tras lo cual los seis voluntarios entraron en el simulador y fueron cerradas las escotillas.
Junto con Sitiov, participan en el experimento "Marte-500" los también rusos Sujrob Kamólov y Alexandr Smoleevski, el ítalo-colombiano Diego Urbina, el francés Romain Charles y el chino Wang Yue.
Sin embargo, como manifestó hoy Urbina, junto al sexteto también "viajará" el escritor colombiano Gabriel García Márquez, cuyas obras se propone leer durante los próximos 520 días el "astronauta" ítalo-colombiano.
También lleva consigo un equipo electrónico de percusión, con el cual acompañará a la guitarra del francés Romain.
"Estoy convencido de que no nos aburriremos", aseguró Urbina, quien añadió que además de la versión digital de todas las obras de García Márquez también lleva una buena colección de vídeos y juegos.
Su colega francés, además de la guitarra, espera dedicar su tiempo libre a la historia del arte y el chino ha optado por los pinceles y las pinturas.
"Además, confío en introducir elementos de la cultura china en la vida de nuestra tripulación internacional", dijo Wang Yue, que también espera poder perfeccionar su ruso.
A diferencia de sus acompañantes, los participantes rusos del experimento fueron más que reservados.
"Si, nos han permitido llevar algunas cosas. Pero para mí lo importante ahora son mis obligaciones", dijo en tono castrense el jefe de la tripulación, Alexéi Sitiov.
Su compatriota, el médico Komólov, dijo llevar toda una biblioteca médica, fotos y otros detalles que le recordarán a la familia.
Smoleevski, también ruso, parece dispuesto a ayudarle en caso de necesidad, pues también confesó llevar gran cantidad de literatura médica y, además, manuales de varios idiomas extranjeros.
Todos los participantes coincidieron en que su objetivo principal es "llegar hasta el final del experimento".
De acuerdo con las reglas, cualquiera de ellos tiene derecho a retirarse sin tener que explicar las razones.
"Sería, por supuesto, una situación de emergencia, que por cierto se dieron en casos anteriores, pero confío en que esta vez no ocurra nada semejante", declaró el jefe del proyecto "Marte-500", el cosmonauta Borís Morukov.
Durante un año y poco más de cinco meses los seis voluntarios deberán compartir los 550 metros cúbicos que suman los cuatro módulos cilíndricos que conforman el simulador.
Permanecerán aislados del mundo exactamente el tiempo que lleva el vuelo de ida y vuelta a Marte, 490 días, más otros 30 de estancia simulada en el vecino planeta.
En la fase "marciana" del experimento se empleará un simulador de la superficie del Planeta Rojo, de 1.200 metros cúbicos, al que saldrán con sus escafandras los participantes en el experimento.
La recompensa de cada participante que cumpla plenamente el experimento será de 3.000.000 de rublos, cantidad equivalente a unos 100.000 dólares.
La Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos lanzaron en 2004 este ambicioso proyecto, al que se sumó posteriormente China y en el que también colaboran países como Estados Unidos y España.
En noviembre de 2007 se realizó un primer experimento preparatorio en el que seis voluntarios rusos permanecieron aislados del exterior durante dos semanas, mientras que en julio del año pasado se llevó a cabo un simulacro de vuelo al Planeta Rojo de 105 días.
"Hemos presenciado un gran acontecimiento mundial. Por primera vez en la historia de la humanidad se ha emprendido un simulacro de vuelo a Marte", declaró un alto cargo de la agencia espacial china.
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