La vieja guardia de la NASA se está rebelando contra el futuro que ha sido trazado para la agencia desde Washington. El último en sumarse a las críticas ha sido John Glenn, el primer estadounidense que orbitó alrededor de la Tierra en 1962. Glenn, de 88 años, criticó el lunes que se retiren los actuales transbordadores con los que la NASA viaja al espacio y pidió que sigan utilizándose hasta que haya una alternativa made in USA.
Glenn se suma así al debate entre las viejas glorias de la NASA, que se abrió cuando Barack Obama presentó en febrero sus nuevos planes para la agencia, que incluyen usar vehículos comerciales para sustituir a los transbordadores y cancelar el programa para ir a la Luna. El proyecto ya enfrentó en abril a Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los dos primeros hombres que pisaron la Luna en 1969.
Según los planes actuales, los transbordadores se retirarán a finales de año. A partir de 2011, la NASA comprará pasajes a Rusia en sus naves Soyuz a un precio de 55 millones de dólares (42 millones de euros). Glenn advirtió de que eso supondrá que los astronautas de EEUU ya no salgan desde el célebre centro espacial de Cabo Cañaveral, sino de la base rusa en Kazajistán. "Trabajar bajo control ruso no es algo que me guste y tampoco creo que les vaya a gustar a los ciudadanos de EEUU", explicó el ex astronauta y ex senador demócrata a la agencia AP. Añadió que mantener los transbordadores, cuyo retiro fue aprobado por George W. Bush y apoya ahora Obama, es factible y no será más caro que comprar pasajes a Rusia.
Glenn se suma así al debate entre las viejas glorias de la NASA, que se abrió cuando Barack Obama presentó en febrero sus nuevos planes para la agencia, que incluyen usar vehículos comerciales para sustituir a los transbordadores y cancelar el programa para ir a la Luna. El proyecto ya enfrentó en abril a Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los dos primeros hombres que pisaron la Luna en 1969.
Según los planes actuales, los transbordadores se retirarán a finales de año. A partir de 2011, la NASA comprará pasajes a Rusia en sus naves Soyuz a un precio de 55 millones de dólares (42 millones de euros). Glenn advirtió de que eso supondrá que los astronautas de EEUU ya no salgan desde el célebre centro espacial de Cabo Cañaveral, sino de la base rusa en Kazajistán. "Trabajar bajo control ruso no es algo que me guste y tampoco creo que les vaya a gustar a los ciudadanos de EEUU", explicó el ex astronauta y ex senador demócrata a la agencia AP. Añadió que mantener los transbordadores, cuyo retiro fue aprobado por George W. Bush y apoya ahora Obama, es factible y no será más caro que comprar pasajes a Rusia.
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