El imperio Google ha impuesto su forma de pensar, su forma de ganar dinero y de conseguir el éxito al resto de empresas e, incluso, instituciones. Todo es Google. O todo puede ser analizado por los parámetros de la compañía fundada por Sergey Brin y Larry Page. Es lo que propone el periodista y bloggero Jeff Jarvis en su ensayo Y Google, ¿cómo lo haría? Imaginar un mundo en que todo se basa en las reglas del buscador para mejorar resultados y servicios.
Jeff Jarvis es uno de esos tipos al que internet le ha dado una gran relevancia. Su blog BuzzMachine le ha otorgado popularidad, pero antes de eso ya tuvo importantes puestos en relevantes medios de comunicación estadounidenses. Escribe una columna en The Guardian, se codea con empresarios de éxito y es de esa minoría de elegidos que debaten sobre la estrategia global en Davos. Pero antes de llegar a eso era un reportero que caminaba al World Trade Center el 11-S.
A raíz de esta desgracia decidió abrir un blog para contar sus vivencias más emocionales y menos periodísticas. Y el día que decidió renegar en la red de un ordenador de Dell que no funcionaba (y del horrible servicio de posventa), empezó para él una nueva forma de pensar: el modelo Google.
Gracias a la experiencia de Dell, por la que miles de internautas enlazaron en sus blogs los comentarios negativos sobre la firma de informática, observó la importancia que tenían para los negocios las opiniones de los usuarios y los enlaces que éstos hacían. El gigante creado por Michael Dell, al cabo de bastante tiempo en el que los comentarios denostaban a la marca, apostó por comunicarse con los clientes de forma online, debatir soluciones y mejorar su servicio de atención al cliente. Una gran victoria para los miles de Davides que lucharon contra Goliat.
La palabra clave del ensayo de Jarvis es enlace. Miles de enlaces, de comentarios o de referencias hacen a una iniciativa en la red fuerte a nivel global, en cualquier parte del mundo. Y el rey del enlace, quien inventó el multimillonario modelo, es Google.
Así que Jarvis decide pensar cómo la empresa californiana afrontaría un negocio, bajo el amenazante subtítulo de Hagas lo que hagas, Google lo acabará haciendo mejor que tú y además gratis. Se atreve con casi todo: ¿un medio de comunicación? Google lo haría mejor. Un restaurante, publicidad, automóvil, inmobiliaria, un banco, un hospital, una universidad, una película e incluso el mismísimo Gobierno de EE UU.
Pero al fin y al cabo, lo que el autor desgrana es una serie de medidas para que los negocios e instituciones se abran a las demandas y deseos de los usuarios. Si es político, abra canales de participación. Si es un restaurante, encueste a sus comensales. De ahí podrá sacar conclusiones y busque un camino para enlazar o compartir redes de recomendaciones con su competencia. El intercambio de clientes es bueno. Al final, lo que importa es que las personas recomienden. Si se trata del refresco Google-Cola, dejen que el cliente imagine cómo es su refresco favorito y fabríquelo. La suma de fans en todo el mundo lo hará posible.
Para las empresas establecidas, el libro es una buena forma de reflexión sobre cómo mejorar la participación del cliente. Las futuras ideas de negocio, sin embargo, no pueden nacer sin preguntarse sobre su interacción con sus usuarios, dispuestos a hundir o encumbrar.
Jeff Jarvis es uno de esos tipos al que internet le ha dado una gran relevancia. Su blog BuzzMachine le ha otorgado popularidad, pero antes de eso ya tuvo importantes puestos en relevantes medios de comunicación estadounidenses. Escribe una columna en The Guardian, se codea con empresarios de éxito y es de esa minoría de elegidos que debaten sobre la estrategia global en Davos. Pero antes de llegar a eso era un reportero que caminaba al World Trade Center el 11-S.
A raíz de esta desgracia decidió abrir un blog para contar sus vivencias más emocionales y menos periodísticas. Y el día que decidió renegar en la red de un ordenador de Dell que no funcionaba (y del horrible servicio de posventa), empezó para él una nueva forma de pensar: el modelo Google.
Gracias a la experiencia de Dell, por la que miles de internautas enlazaron en sus blogs los comentarios negativos sobre la firma de informática, observó la importancia que tenían para los negocios las opiniones de los usuarios y los enlaces que éstos hacían. El gigante creado por Michael Dell, al cabo de bastante tiempo en el que los comentarios denostaban a la marca, apostó por comunicarse con los clientes de forma online, debatir soluciones y mejorar su servicio de atención al cliente. Una gran victoria para los miles de Davides que lucharon contra Goliat.
La palabra clave del ensayo de Jarvis es enlace. Miles de enlaces, de comentarios o de referencias hacen a una iniciativa en la red fuerte a nivel global, en cualquier parte del mundo. Y el rey del enlace, quien inventó el multimillonario modelo, es Google.
Así que Jarvis decide pensar cómo la empresa californiana afrontaría un negocio, bajo el amenazante subtítulo de Hagas lo que hagas, Google lo acabará haciendo mejor que tú y además gratis. Se atreve con casi todo: ¿un medio de comunicación? Google lo haría mejor. Un restaurante, publicidad, automóvil, inmobiliaria, un banco, un hospital, una universidad, una película e incluso el mismísimo Gobierno de EE UU.
Pero al fin y al cabo, lo que el autor desgrana es una serie de medidas para que los negocios e instituciones se abran a las demandas y deseos de los usuarios. Si es político, abra canales de participación. Si es un restaurante, encueste a sus comensales. De ahí podrá sacar conclusiones y busque un camino para enlazar o compartir redes de recomendaciones con su competencia. El intercambio de clientes es bueno. Al final, lo que importa es que las personas recomienden. Si se trata del refresco Google-Cola, dejen que el cliente imagine cómo es su refresco favorito y fabríquelo. La suma de fans en todo el mundo lo hará posible.
Para las empresas establecidas, el libro es una buena forma de reflexión sobre cómo mejorar la participación del cliente. Las futuras ideas de negocio, sin embargo, no pueden nacer sin preguntarse sobre su interacción con sus usuarios, dispuestos a hundir o encumbrar.
El nuevo quiosco gratuito y global
En este libro, editado por Gestión 2000 (19,95 euros), Jarvis reflexiona sobre la controversia entre los medios de comunicación tradicionales y el buscador. Google genera tráfico y gana dinero cuando se reproducen artículos sin que, sin embargo, se genere ningún ingreso para la prensa que los elabora. Además, el negocio online para la prensa todavía se queda muy lejos de los beneficios que aporta la venta en quiosco. Pero por otra parte, los periódicos quieren situar sus noticias dentro de las mejores posicionadas en las búsquedas de Google, porque supone un porcentaje muy alto de visitas, que finalmente se traducen en ingresos por publicidad. ¿Qué hacer entonces?Para Jarvis, Google es el nuevo quiosco, e igual que los periódicos no echan en cara al quiosquero que se quede con una comisión, no deberían hacerlo con el buscador.
Sin embargo, como periodista buen conocedor del negocio, analiza este sector y se atreve a lanzar algunos consejos: "Debes producir contenido único con un valor claro; el contenido commodity no atraerá". "Debes abrirte para que Google y el mundo encuentre tu contenido". "Cuando consigues enlaces y audiencia, depende de ti monetizarlas". "Dedícate a aquello que hagas mejor y enlaza el resto". "Encuentra oportunidades para crear valor sobre la capa de enlaces".
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