Las autoridades dicen que es un éxito, pero una semana después de su implementación no han convencido a escépticos. El nuevo “mercado alternativo” del dólar estableció una tercera tasa de cambio oficial en Venezuela, donde las operaciones están controladas desde hace siete años. Pero el billete verde parece seguir eludiendo a los ávidos compradores locales.
Este lunes el Banco Central de Venezuela dio a conocer el reglamento oficial para adquirir divisas. Quienes las quieran para viajar, podrán pedir hasta un máximo de US$5.000 al año, pero no más de US$1.000 al mes. Quienes las necesiten para importar insumos o producir bienes no pueden excederse de los US$350.000 anuales.Lea: Venezuela y su problema con el dólar negro
Otros renglones, como remesas para familiares en el extranjero, también están contemplados, con restricciones que pasan por haber agotado primero el camino de solicitarlas a través de la Comisión de Administración de Divisas, lo que implica cumplir con un complejo papeleo.
Esta es la razón por la que críticos coinciden en llamarlo un sistema de “racionamiento” de divisas, en momentos en que el gobierno no dispone de ellas en abundancia, debido a la caída en los precios del petróleo (con respecto a 2008), principal producto de exportación venezolano.
Golpe a la burguesía
El gobierno decidió implementar el “mercado alternativo” después de que la tasa de cambio en el “mercado paralelo”, donde cualquiera podía obtener dólares libremente a través de un intercambio de bonos en el extranjero con la intermediación de una casa de bolsa, se elevara muy por encima de la oficial de 4,30 bolívares por dólar que aplica a la mayoría de las importaciones nacionales, con un consecuente impacto en la inflación.Ahora el Banco Central (BCV) es el único autorizado para realizar estos intercambios. La compra-venta de divisas fuera del sistema estatal puede ser sancionada hasta con varios años de cárcel.
El BCV publica todos los días una “banda de precios” para este dólar, sobre la base de la cotización de bonos venezolanos en los mercados internacionales. Hasta ahora ha fluctuado alrededor de los 4,30 y 5,30 bolívares por dólar.
“Duro golpe hemos dado con el (nuevo sistema) que ahora maneja el Banco Central. Vean ustedes como hasta el dólar ellos (la burguesía) lo llevaron a 9 y 10 bolívares y ahora está en 5 bolívares”, afirmó el presidente Hugo Chávez el fin de semana.
Por su parte, el presidente del BCV, Nelson Merentes, le declaró a la prensa local que la ventaja del sistema estaba en su “mayor operatividad”, y en haber acabado con los espacios que le daba el anterior mecanismo a la especulación.
“Anteriormente la gente acudía a un mercado costoso y especulativo. ¿Y eso qué era? Que cada quien compare entre lo que había y lo que se está construyendo y saque sus conclusiones, ¿cuál funciona mejor?”, le dijo a un diario de circulación nacional.
Demanda y oferta
“El esquema funciona en lo que a ellos (el gobierno) les da la gana”, le dio a BBC Mundo el economista del Instituto de Estudios Superiores de Administración, Miguel Ángel Santos.“Eso no es una tasa, ni es una banda ni es nada. Es una tercera tasa oficial que ellos otorgan a quienes a ellos les da la gana, según tengan dólares o no. El resto queda ilegalizado. El que quiera repatriar su dinero o ahorrar en dólares se tienen que arruinar o ir presos”, añadió. En este sentido dijo que ya existía de hecho un “corralito” en Venezuela.
Santos es de la opinión de que el esquema no colapsará. “Le veo todo el futuro que ellos quieran. Los que colapsarán serán los venezolanos”, indicó.
Por su parte, el profesor de la Universidad Católica Andrés Bello Gustavo Rojas anticipó que no podrá sostenerse en el tiempo por sus efectos en la economía. Rojas señaló que la demanda de dólares, en un país que importa 80% de lo que consume y gran parte de otros insumos y productos, es de unos US$80.000.000 diarios, mientras que el BCV estaba entregando alrededor de unos US$30.000.000.
“La demanda no está satisfecha. Hay empresas que tienen cuatro semanas ya con retrasos en la adquisición de insumos y mercancías, y eso se va a notar en los anaqueles. La economía va a quedar asfixiada y el gobierno tendrá que tomar medidas en el corto plazo”, añadió.
“Yo siento que el gobierno aspira a mantenerse en una especie de economía de guerra donde se venda lo estrictamente necesario”, agregó.
En la calle
Mientras tanto, un tercer analista consultado por BBC Mundo resaltó que todavía hay muchas dudas acerca del funcionamiento del sistema, especialmente en los bancos, a quienes se ha encargado la tarea de procesar las solicitudes y remitirlas al BCV.“Se publicó un instructivo el lunes, y todavía nadie sabe nada. Yo no sé quiénes son los que están logrando obtener dólares a través de esto”, indicó.
Paralelamente, el mercado “informal” en aeropuertos y fronteras parece seguir funcionando como si nada hubiera ocurrido. Y las cotizaciones circulan a través de redes sociales y páginas de internet en forma disimulada ya que una serie de blogs que publicaban la tasa fueron cerrados en el marco de las denuncias de especulación del gobierno.
En todo caso funcionan de nuevo para aquellos que se arriesgan a transar al margen de la legalidad.
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