Las empresas BP, Halliburton y Transocean llevan días culpándose las unas a las otras del vertido del Golfo de México, mientras la estimación de litros de crudo que se derraman cada día al mar desde la fuga de la plataforma Deepwater Horizon subía este viernes de los 800.000 litros, cifra que defiende BP, a 11 millones de litros, según científicos que han estudiado el vídeo submarino del escape hecho público esta semana. El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó de "espectáculo ridículo" la actitud de las compañías, en una declaración oficial en la Casa Blanca.
BP era la empresa que llevaba a cabo la explotación, perteneciente a Transocean, mientras que Halliburton fue la encargada de ejecutar las labores de cementación para sellar el pozo. Cuál de ellas es la responsable de lo ocurrido es lo que intenta dilucidar el Congreso de EEUU, que ha llamado esta semana a testificar a las tres compañías.
No obstante, las comparecencias no sólo no han contribuido a aclarar el suceso, sino que lo han enturbiado aún más. "Los ejecutivos se están lanzando a echar la culpa a otro", lamentó Obama, y advirtió: "No toleraré más cruces de acusaciones ni irresponsabilidades. Comparto el enfado y la frustración" por el vertido, añadió el presidente, que lamentó que el derrame ya ha tenido un impacto "en la vida de todos los ciudadanos de la zona, desde pescadores a dueños de hoteles y restaurantes".
Las investigaciones realizadas por el Comité de Energía y Comercio del Congreso de EEUU han revelado que una cadena de negligencias y el equipamiento defectuoso son dos de las causas del desastre. Antes del accidente, dos pruebas de presión detectaron que el pozo podía sufrir una fuga, una advertencia que se ignoró. Una vez que el crudo comenzó a filtrarse, se intentó activar el mecanismo de prevención, una de cuyas válvulas estaba suelta. Además, una de las baterías del panel de control estaba descargada, lo que impidió taponar el escape.
BP era la empresa que llevaba a cabo la explotación, perteneciente a Transocean, mientras que Halliburton fue la encargada de ejecutar las labores de cementación para sellar el pozo. Cuál de ellas es la responsable de lo ocurrido es lo que intenta dilucidar el Congreso de EEUU, que ha llamado esta semana a testificar a las tres compañías.
No obstante, las comparecencias no sólo no han contribuido a aclarar el suceso, sino que lo han enturbiado aún más. "Los ejecutivos se están lanzando a echar la culpa a otro", lamentó Obama, y advirtió: "No toleraré más cruces de acusaciones ni irresponsabilidades. Comparto el enfado y la frustración" por el vertido, añadió el presidente, que lamentó que el derrame ya ha tenido un impacto "en la vida de todos los ciudadanos de la zona, desde pescadores a dueños de hoteles y restaurantes".
Las investigaciones realizadas por el Comité de Energía y Comercio del Congreso de EEUU han revelado que una cadena de negligencias y el equipamiento defectuoso son dos de las causas del desastre. Antes del accidente, dos pruebas de presión detectaron que el pozo podía sufrir una fuga, una advertencia que se ignoró. Una vez que el crudo comenzó a filtrarse, se intentó activar el mecanismo de prevención, una de cuyas válvulas estaba suelta. Además, una de las baterías del panel de control estaba descargada, lo que impidió taponar el escape.
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