Fuente: La Nacion.
Mientras que escribo esto, más de 17 barriles de petróleo por minuto siguen volcándose en el Golfo de México, a 80km de las costas del estado de Louisiana, Estados Unidos. Dado los fuertes vientos de los primeros días, el hidrocarburo ya llegó a las costas donde desemboca el río Missisipi. Como sucede en otras partes del mundo, estas zonas cuentan con una gran biodiversidad y son fuente de trabajo para miles de pescadores.
En la noche del 20 de Abril, la plataforma Deepwater Horizon , administrada por BP explotó matando a 11 personas de las 126 que se encontraban a bordo. El derrame se inició con los 16.700 barriles de petróleo que se encontraban dentro de la plataforma. Inicialmente, se pensó que el derrame se limitaba a estas cantidades, sin sospechar la existencia de las tres pérdidas en las tuberías 15 cuadras más abajo. El derrame tiene una circunferencia de unos 1000km, aunque la forma es irregular. El petróleo en la superficie tiene un espesor de solo algunos micrones dando lugar a estas gigantescas superficies. Las cifras son alarmantes y se estima que la catástrofe ya es de dimensiones similares al accidente del Exxon Valdez el 14 de Marzo de 1989. El Ministro del Interior de Estados Unidos, Ken Salazar anunció que no se emitirán más permisos de perforaciones marítimas hasta entender en detalle las causas del accidente. Sin embargo, las plataformas en funcionamiento siguen trabajando normalmente.
La semana pasada, BP logró tapar una de las tres pérdidas y viene trabajando día y noche utilizando diferentes métodos para minimizar el impacto del derrame: 170 embarcaciones y más de 120.000 metros de barreras contenedoras trabajan sin cesar para frenar el avance. Más de 4500 personas están involucradas en las tareas. Se liberaron 600.000 litros de dispersante, una práctica muy cuestionada por organizaciones ambientalistas dados los efectos que estos pudieran tener sobre la flora y fauna marítima. Los avances más recientes se pueden seguir en el sitio oficial de Deepwater Horizon Response .
Posibles soluciones a gran escala
Las plataformas están diseñadas con numerosos sistemas de seguridad para impedir una tragedia como la ocurrida. En el lecho marino se colocan válvulas llamadas Blowout Preventers (BOP) que se cierran automáticamente en emergencias. Por razones todavía desconocidas, los BOP fallaron y ahora robots a control remoto están intentando activarlas manualmente bombeando líquido hidráulico de manera a crear suficiente presión para cerrar las válvulas. A esta altura aparentemente las chances de éxito son pequeñas.
Una gigantesca cúpula de acero y hormigón del tamaño de un edificio de 4 pisos de altura y 125 toneladas de peso descendió los 1500 metros con el objetivo de capturar y direccionar precisamente el petróleo de la fuga mayor. Operaciones como está se han realizado con éxito anteriormente pero jamás a profundidades similares a las fugas del accidente del Deepwater Horizon. Para colocarla en el lugar correcto a 1500m de profundidad, los expertos compararon la operación con la de una cirugía de corazón. El lecho marino no es plano y los robots deben previamente preparar la superficie para que la unión sea lo más hermética posible. De lograrse, se direccionaría el 85% del petróleo saliente para que pueda ser capturado por equipos en la superficie. No es una solución permanente pero participaría en una reducción muy importante del derrame. Lamentablemente, una formación de cristales de hielo en el tubo de evacuación la rindió por el momento inutilizable, un problema que nunca había ocurrido a las profundidades mucho menores. Los Ingenieros están estudiando como destapar la salida.
Una segunda cúpula se está fabricando actualmente para intentar tapar la restante fuga. Se cuestiona seriamente porque estas cúpulas no estaban ya fabricadas y listas para ser descendidas para casos de emergencia.
El intento más nuevo consiste en directamente cerrar el pozo con toneladas de lodo y cemento inyectadas a través de un gran ducto desde la superficie. Este sistema no permitiría más la extracción del petróleo, razón bastante clara por la cuál BP no intentó hacerlo con anterioridad. La operación tardaría unas tres semanas.
Se está planificando la perforación de un nuevo pozo (pozo de alivio) con el objetivo de aliviar la presión en las pérdidas actuales y redireccionar el petróleo a una nueva plataforma. Dicha operación tiene un costo aproximado de 100 millones de dólares, y se estima que puede tardar tres meses. Se realizará más allá del éxito logrado con los métodos anteriores.
La limpieza
Los "Skimmers" son grandes embarcaciones que intentan tomar la mayor cantidad de petróleo de la superficie del mar. Hasta ahora han recolectado más de 985.000 litros de mezcla agua/petróleo.
También existe como alternativa el incendio deliberado y controlado de manchas de petróleo, una práctica utilizada de forma usual, pero jamás se aplicó en manchas de esta magnitud. Dada las dimensiones, habría que realizar incendios diarios hasta haber tapado las pérdidas en el lecho marino.
De forma complementaria, se desplegaron más de 260.000 metros de barreras contenedoras tiradas por embarcaciones y cuyo objetivo es acumular el petróleo en zonas específicas para que pueda ser recuperado.
Nuestra adicción al petróleo sigue en aumento y su extracción de lugares cada vez más difíciles y desafiantes aumentará la probabilidad de este tipo de accidentes. Más allá de mi clara preferencia a las energías renovables, el petróleo nos va a acompañar todavía muchos años y es un componente esencial para crear toda la infraestructura necesaria para aprovechar dichas fuentes de energía. Los molinos eólicos y paneles solares necesitan de petróleo para su fabricación. Cuidemos el petróleo para que nuestros hijos estén a tiempo de crear la plataforma de energía del futuro.
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