Fuente: El Pais.
Las cabinas telefónicas, esos dinosaurios tecnológicos que pueblan las aceras en aparente desuso tras la generalización de la telefonía móvil, tienen un futuro ligado al nuevo icono de la sostenibilidad: el coche eléctrico. Las cabinas aún seguirán sirviendo para llamar, pero también serán puntos de recarga para la nueva movilidad verde. Ayer se inauguró la primera en España, al lado de la nueva sede de Telefónica a las afueras de Madrid, fruto de la colaboración entre la operadora y Endesa y como parte de un proyecto piloto que finalizará en diciembre. Para entonces serán 30 las cabinas adaptadas en la capital de las 1.700 en las que es posible.
En toda España hay 60.000 cabinas, de las que 15.000 se puede dotar de la tecnología necesaria para este uso sin que ello implique "obra civil adicional", explicó el presidente de Telefónica de España, Guillermo Ansaldo. El requisito básico es la proximidad a la calzada, ya que prácticamente todas disponen de suministro eléctrico. La adaptación se hará a petición de los ayuntamientos y cuesta entre 3.000 y 6.000 euros por poste, a cargo de Endesa y Telefónica. De momento no hay nuevos acuerdos, según explicó el presidente de Cabitel, Horacio Pérez.
Para cargar el vehículo hay que enchufarlo al dispositivo integrado en la cabina e insertar una tarjeta de pago por recarga, que en Madrid el ayuntamiento facilita gratuitamente mientras dura el ensayo piloto. La carga completa requiere ocho horas, pero tres bastan para cubrir el 60%.
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