Desde que apareció Internet, el pasado regresa al presente en cualquier momento. Un correo enviado hace años, o un comentario publicado en un blog días atrás, siguen estando ahí. Una vez escrito un texto y colgado en la Web, su autor pierde el control sobre él. Ahora, un programa creado por estudiantes de la Universidad de Washington (EEUU) quiere dar al usuario la posibilidad de borrar su pasado.
Los estudiantes Roxana Geambasu y Amit Levy, con la ayuda de sus profesores Tadayoshi Kohno y Hank Levy, han creado Vanish. El programa, que en inglés significa desaparecer, hace eso, que el texto se desvanezca. Cuando se escribe un correo electrónico, lo único que hay que hacer es aplicarle el programa antes de mandarlo y cifrará el contenido con una clave
La llave hecha trozos
Hasta aquí, parece un programa de encriptación más. Pero con Vanish, el usuario no sabe cuál es la llave. Hasta la hora fijada, el texto será legible. Pero al cumplirse el plazo, se activa una instrucción temporal: este mensaje se autodestruirá el dd/mm/aa a las 00:00 horas GMT. En realidad, lo que hace es tirar la llave. El programa la parte en trozos y la reparte por la Red usando una tecnología P2P. Cada trozo acaba en un ordenador diferente y, con que varios equipos se desconecten de la Red, esas porciones se perderán, haciendo ilegible el texto.
Geambasu explica lo que les llevó a hacer Vanish: "Cuando mandas un correo delicado a unos pocos amigos, no tienes ni idea de donde acabará el mensaje". Pues en una decena de sitios, al menos. Además de una copia para el remitente y otra para el receptor, también quedan copias en la web que ofrece el servicio de correo y en los servidores de los proveedores de Internet. Aunque el autor lo borre, sólo elimina su copia, y ni eso: tras vaciar la papelera, el archivo seguirá ahí hasta que el disco duro necesite más espacio.
Vanish, que está en fase de pruebas, no sólo sirve para hacer desaparecer correos. También lo han probado con los textos de mensajería instantánea, documentos escritos en Google Docs o posts dejados en el Facebook. Aunque está pensado para las comunicaciones privadas, también funciona con los comentarios en un foro o blog si el responsable del sitio también lo usa.
El siguiente paso será eliminar archivos que no sean de texto. "La opción de autodestrucción de imágenes es la lógica evolución de Vanish", explica Geambasu. La autora menciona la reciente polémica de las fotografías en Facebook donde, aunque el usuario las borrase, seguían estando en los servidores de la red social. "La realidad es que muchos sitios guardan los datos indefinidamente, aunque tú los hayas borrado", añade.
Además, la tendencia a sacar los datos del disco duro del ordenador no se va a detener. Para el profesor Levy, "vamos camino de un futuro basado en el cloud computing, donde enormes y anónimos centros de datos harán funcionar nuestras aplicaciones y almacenarán casi todos nuestros datos; perderemos el control sobre ellos".
Y los que pueden hacer un mal uso de estos datos son muchos. Los autores enumeran una larga lista: una ex pareja resentida, un empleador buscando más información de la que hay en el currículum, un pirata informático o, incluso, un juez en el curso de una investigación. En la propia web del programa se alerta de la incertidumbre legal sobre el uso de Vanish. "Va por delante de la ley", escriben sus autores.
Ocho horas de vida para los documentos
Limitaciones
Vanish usa la red P2P de Vuze (el antiguo Azureus) para diseminar la clave. Como el refresco de la red es cada ocho horas, los textos estarán disponibles ese tiempo. Existe la posibilidad de ampliarlo (en múltiplos de ocho).
Código abierto
Han usado software libre para hacer el programa. El código está disponible para que otros lo mejoren o amplíen sus funciones.
Para Firefox
Aunque hay una versión más completa (y complicada), existe una reducida que funciona con el navegador Firefox.
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