Fuente: El Pais.
Una cosa es el comercio digital global y otra la política de impuestos locales. Con este problema acaba de chocar Amazon en Japón. Las autoridades fiscales de aquel país reclaman a la tienda en línea norteamericana 119 millones de dólares por evadir tasas en aquel país. Aunque Amazon tiene dos compañías residenciadas en Japón, cuando un internauta compra un producto en la tienda digital suscribe un contrato con la sede noretamericana de Amazon y se pagan allí los impuestos derivados de la transacción. Según informa Techcrunch, esta fórmula incumple los acuerdos fiscales suscritos entre Japón y Estados Unidos. Amazon está en conversaciones con las autoridades japonesas para intentar llegar a un acuerdo.
Este tipo de conflictos no son nuevos en Amazon que los ha vivido en su propio país con la regulación fiscal de los distintos estados. Amazon ha cerrado algunos programas con socios en distintos estados norteamericanos, que promocionaban sus productos y se llevaban un porcentaje de las ventas que se concluían a través de su sitio porque algunos estados, para incrementar la recaudación, han decidido gravar a los proveedores de fuera de su territorio.
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