El Gobierno chino continúa su cruzada contra internet. Ahora le toca el turno a los portales de vídeos. El ministerio de Información anunció ayer una nueva regulación por la que, a partir del 31 de enero, sólo las web controladas por el estado podrán emitir películas, programas de radio y los típicos vídeos para intercambio. El fin de la legislación, aduce el gobierno, es impedir la difusión de imágenes «que vayan en contra de la ley».
Las páginas web autorizadas deberán pedir permiso para colgar los vídeos, que deberán ser aprobados por la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión, el principal censor del país. El permiso tiene una duración de tres años.
La medida afecta a todos los portales de vídeos registrados en el país asiático. Todavía no está claro cómo incidirá en sitios como YouTube, con su sede fuera de China. La versión china del portal de vídeos ha sido bloqueado varias veces en los últimos meses. Otros grandes portales (Google, Yahoo...) se autocensuran para permanecer en el creciente mercado.
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