Samsung va a por todas en el negocio del smartphone. El gigante
surcoreano, que acaba de estrenar su liderazgo mundial en el mercado de
la telefonía móvil tras superar en ventas a Nokia, no se deja intimidar
por nadie. Ni siquiera por la temida Apple, que con sus iPhone parece
imposible toserla. El pasado jueves, Samsung volvió a la carga y
presentó en Londres la tercera generación de su marca más emblemática en
teléfonos inteligentes, su nuevo smartphone Galaxy S III, con el que
pretende mantenerse en la cima y seguir creciendo como la espuma en un
negocio donde otros, como Nokia, caen.
Al superteléfono no le falta detalle. Tiene una pantalla de 4,8 pulgadas super Amoled de alta definición, el nuevo procesador de la compañía de cuatro núcleos a 1,4 GHz, sistema Android 4.0, dos cámaras (una trasera de 8 megapíxeles y otra delantera de 1,9), tecnología NFC para pagos con el móvil o para pasar fotos a otro terminal y una batería de 2.100 miliamperios.
Pero hay más. Habrá versiones 3G y 4G y, como dijo en Londres el presidente de la división de móviles de Samsung Electronics, JK Shin, el terminal "ve, escucha y entiende". "Está hecho para humanos", añadió. El Galaxy S III tiene un sistema de reconocimiento de voz (como Siri de Apple, aunque el de Samsung sale sabiendo ocho idiomas, entre ellos el español) y otro de movimientos. Así, por ejemplo, es capaz de detectar el rostro de un usuario y girar la pantalla según el ángulo de visión.
Avances importantes que habrá que ver si le reportan a Samsung el éxito que espera. Pues su última joya tendrá que competir en el mercado con otros dispositivos como el futuro iPhone 5, el LG Optimus 2X o el HTC Uno X, todos ellos englobados en la categoría de los ya llamados superteléfonos inteligentes. Una categoría de la que a final de año se habrán vendido más de 50 millones de unidades, según la firma de análisis Informa Telecom & Media.
"La importancia del Samsung S III no debe ser subestimada, porque la compañía ha construido su reputación sobre la producción de smartphones con Android y se ha convertido en la imagen principal de esta plataforma", comenta Adam Leach, analista de Ovum, quien advierte, sin embargo, que el nuevo terminal de Samsung no solo tiene que destacar entre una plétora de otros teléfonos inteligentes basados en Android, sino también frente a la próxima versión de iPhone, el buque insignia de Apple. En este sentido, Leach destaca que la firma surcoreana tiene la ventaja del tiempo, pues mientras el iPhone 5 no saldrá hasta finales de este año, el Galaxy S III llegará el próximo 29 de mayo. "Algo que le brindará una oportunidad de marketing perfecta aprovechando el tirón de los Juegos Olímpicos", sostiene el analista. Samsung está entre los patrocinadores top del evento deportivo.
La firma coreana, sin duda, va aprendiendo de las estrategias de marketing de Apple. La compañía asiática, que vendió 93 millones de teléfonos móviles entre enero y marzo, por 82,7 millones de unidades de Nokia (hasta ahora líder), decidió no desvelar en la última edición del Mobile World Congress de Barcelona su nuevo terminal y prefirió realizar, como acostumbra Apple, un evento propio, donde nada ni nadie restara protagonismo a su nuevo smartphone.
Y lo logró. "Lo que es único del Galaxy S III es el nivel de inteligencia que la compañía ha creado en torno a sus funciones y sensores integrados, lo cual lleva al smartphone a otra liga", afirma Malik Saadi, analista de Informa Telecom & Media, que relata cómo el móvil reconoce un rostro en una fotografía tomada con la cámara y la asocia a un contacto guardado en la libreta de direcciones. "El terminal salvará entonces automáticamente la imagen en un archivo de referencia (familia, amigos, compañeros de trabajo...) y sugerirá al usuario si debe subirla a Facebook o Twitter", dice.
Retos empresariales
Samsung tiene, pese a todo, batallas duras por ganar y estrategias por aclarar. "Su mayor reto empresarial está en decidir si necesita la propiedad de una plataforma de software y servicios", según Leach. Este explica que Samsung se ha aprovechado de Android, una plataforma con gran tirón entre los consumidores, pero que la deja vulnerable ante un gran número de fabricantes que podrían producir el siguiente gran smartphone Android. "Así que tener una propuesta de servicio con éxito, podría ayudar a Samsung a construir una relación más profunda con sus clientes", continúa.
Saadi también lanza sus propias recomendaciones a Samsung: "Tendrá que aprender de Nokia y Apple y usar materiales de alta calidad, porque la carcasa de plástico del nuevo Galaxy es una de sus debilidades; también tendrá que segmentar muy bien los precios de sus terminales para que su nuevo smartphone no canibalice las ventas de sus otros populares teléfonos inteligentes, como el Galaxy Note, el Galaxy S II o el Galaxy Nexus. Y deberá empujar su marca Galaxy hacia diferentes canales de distribución antes de que el iPhone 5 se ponga en marcha".
Samsung tampoco debe olvidar que, pese a que en el primer trimestre de 2012 batió en unidades vendidas a Apple, la compañía de la manzana le venció en ingresos en esta división. Según Juniper Research, de enero a marzo, Samsung vendió 46,9 millones de smartphones frente a 35,1 millones de iPhone de Apple. Sin embargo, estos generaron a la firma estadounidense unos ingresos de 22.700 millones de dólares, frente a los 17.000 millones registrados por el conjunto del negocio de móviles de Samsung.
Al superteléfono no le falta detalle. Tiene una pantalla de 4,8 pulgadas super Amoled de alta definición, el nuevo procesador de la compañía de cuatro núcleos a 1,4 GHz, sistema Android 4.0, dos cámaras (una trasera de 8 megapíxeles y otra delantera de 1,9), tecnología NFC para pagos con el móvil o para pasar fotos a otro terminal y una batería de 2.100 miliamperios.
Pero hay más. Habrá versiones 3G y 4G y, como dijo en Londres el presidente de la división de móviles de Samsung Electronics, JK Shin, el terminal "ve, escucha y entiende". "Está hecho para humanos", añadió. El Galaxy S III tiene un sistema de reconocimiento de voz (como Siri de Apple, aunque el de Samsung sale sabiendo ocho idiomas, entre ellos el español) y otro de movimientos. Así, por ejemplo, es capaz de detectar el rostro de un usuario y girar la pantalla según el ángulo de visión.
Avances importantes que habrá que ver si le reportan a Samsung el éxito que espera. Pues su última joya tendrá que competir en el mercado con otros dispositivos como el futuro iPhone 5, el LG Optimus 2X o el HTC Uno X, todos ellos englobados en la categoría de los ya llamados superteléfonos inteligentes. Una categoría de la que a final de año se habrán vendido más de 50 millones de unidades, según la firma de análisis Informa Telecom & Media.
"La importancia del Samsung S III no debe ser subestimada, porque la compañía ha construido su reputación sobre la producción de smartphones con Android y se ha convertido en la imagen principal de esta plataforma", comenta Adam Leach, analista de Ovum, quien advierte, sin embargo, que el nuevo terminal de Samsung no solo tiene que destacar entre una plétora de otros teléfonos inteligentes basados en Android, sino también frente a la próxima versión de iPhone, el buque insignia de Apple. En este sentido, Leach destaca que la firma surcoreana tiene la ventaja del tiempo, pues mientras el iPhone 5 no saldrá hasta finales de este año, el Galaxy S III llegará el próximo 29 de mayo. "Algo que le brindará una oportunidad de marketing perfecta aprovechando el tirón de los Juegos Olímpicos", sostiene el analista. Samsung está entre los patrocinadores top del evento deportivo.
La firma coreana, sin duda, va aprendiendo de las estrategias de marketing de Apple. La compañía asiática, que vendió 93 millones de teléfonos móviles entre enero y marzo, por 82,7 millones de unidades de Nokia (hasta ahora líder), decidió no desvelar en la última edición del Mobile World Congress de Barcelona su nuevo terminal y prefirió realizar, como acostumbra Apple, un evento propio, donde nada ni nadie restara protagonismo a su nuevo smartphone.
Y lo logró. "Lo que es único del Galaxy S III es el nivel de inteligencia que la compañía ha creado en torno a sus funciones y sensores integrados, lo cual lleva al smartphone a otra liga", afirma Malik Saadi, analista de Informa Telecom & Media, que relata cómo el móvil reconoce un rostro en una fotografía tomada con la cámara y la asocia a un contacto guardado en la libreta de direcciones. "El terminal salvará entonces automáticamente la imagen en un archivo de referencia (familia, amigos, compañeros de trabajo...) y sugerirá al usuario si debe subirla a Facebook o Twitter", dice.
Retos empresariales
Samsung tiene, pese a todo, batallas duras por ganar y estrategias por aclarar. "Su mayor reto empresarial está en decidir si necesita la propiedad de una plataforma de software y servicios", según Leach. Este explica que Samsung se ha aprovechado de Android, una plataforma con gran tirón entre los consumidores, pero que la deja vulnerable ante un gran número de fabricantes que podrían producir el siguiente gran smartphone Android. "Así que tener una propuesta de servicio con éxito, podría ayudar a Samsung a construir una relación más profunda con sus clientes", continúa.
Saadi también lanza sus propias recomendaciones a Samsung: "Tendrá que aprender de Nokia y Apple y usar materiales de alta calidad, porque la carcasa de plástico del nuevo Galaxy es una de sus debilidades; también tendrá que segmentar muy bien los precios de sus terminales para que su nuevo smartphone no canibalice las ventas de sus otros populares teléfonos inteligentes, como el Galaxy Note, el Galaxy S II o el Galaxy Nexus. Y deberá empujar su marca Galaxy hacia diferentes canales de distribución antes de que el iPhone 5 se ponga en marcha".
Samsung tampoco debe olvidar que, pese a que en el primer trimestre de 2012 batió en unidades vendidas a Apple, la compañía de la manzana le venció en ingresos en esta división. Según Juniper Research, de enero a marzo, Samsung vendió 46,9 millones de smartphones frente a 35,1 millones de iPhone de Apple. Sin embargo, estos generaron a la firma estadounidense unos ingresos de 22.700 millones de dólares, frente a los 17.000 millones registrados por el conjunto del negocio de móviles de Samsung.
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