El lado negativo de Twitter ha sido descubierto este fin de semana por el columnista turco Ergun Babahan.
Este comentarista de fútbol no sólo fue despedido por sus comentarios
«en caliente» en la red social, sino que su jefe hizo efectivo el
despido a través del mismo medio.
Babahan
escribía en el diario progubernamental «Today’s Zaman», de marcados
valores religiosos. Y sucede que este fin de semana la liga turca se
decidió en un memorable partido entre dos de los principales equipos de Estambul, el Galatasaray y el Fenerbahçe.
La tensión era máxima: si este último ganaba el encuentro, se haría con
el campeonato, pero si empataba o perdía, la liga sería para el
Galatasary, que llevaba dos puntos de ventaja en la competición. Así
ocurrió, y mientras centenares de personas celebraban la victoria por
todo Estambul, los hinchas del Fenerbahçe terminaron enfrentándose a los antidisturbios en el campo, lo que produjo varios heridos.
Babahan,
notorio «Fenerbahçeli» (seguidor de este equipo) publicó una serie de
tuits en los que insinuaba que los agentes atacaron a los hinchas
siguiendo directrices de la organización de Fetullah Gülen, una
comunidad religiosa muy influyente en Turquía, y que se cree bien
implantada entre los mandos policiales. «¿De quién es esta policía? Dudo
que sea del pueblo», dijo Babahan. «Los fans del Fener traerán
democracia a Turquía, y no se rendirán a los Assad de Turquía. El
estadio del Fenerbahçe es una plaza Tahrir», añadió posteriormente.
Estos comentarios hacían referencia a un reciente escándalo sobre presuntos partidos amañados, del que algunos seguidores del Fenerbahçe responsabilizan a la comunidad Gülen.
El tuit que desató la tormenta
Pero el tuit que desató la tormenta fue otro. «América se puede meter su copa [por donde le quepa]»,
dijo después Babahan, en lo que ha sido interpretado como un ataque
velado contra el propio Fetullah Gülen, que vive exiliado en EE.UU.
El
comentario provocó un aluvión de respuestas furiosas, pero lo que
probablemente Babahan no se esperaba es la reacción de su jefe.
Minutos
después de estos hechos, Bülent Kenes, editor en jefe de «Today’s
Zaman», publicó en su propia cuenta de Twitter: «Babahan publicaba sus
opiniones en TZ [las siglas del diario] dos veces por semana. Por la
presente, declaro que será un amargo recuerdo en TZ», señalando así el
despido del columnista.
Babahan se convierte así en el segundo periodista turco en ser despedido por sus comentarios en Twitter. Ostenta, sin embargo, el dudoso récord de ser el primero en ser cesado a través de esta red social.
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