Recibe a CincoDías en su casa de Londres. En un lujoso edificio cuya localización pide no desvelar por motivos de seguridad. Este inglés de Liverpool, de 51 años, salió huyendo hace un mes de Japón tras ser destituido en su cargo el pasado 14 de octubre por supuestas "diferencias culturales con la junta directiva" y tras 30 años de servicio en la reputada compañía de cámaras fotográficas y endoscopios.
En realidad fue despedido por pedir explicaciones a los miembros de la directiva sobre unas transacciones valoradas en 687 millones de dólares a una consultora hoy desaparecida (Axam Investments) radicada en el paraíso fiscal de las Islas Caimán. Pese a intentar negarlo en un principio la cúpula directiva ha acabado por reconocer que lleva años maquillando sus cuentas, lo que ha provocado el derrumbe de Olympus en la Bolsa y la dimisión del presidente Tsuyoshi Kikukawa y el vicepresidente Hisashi Mori. Woodford dice que desde su destitución su vida ha sido un infierno. "Tuve que salir huyendo de Japón porque temía por mi seguridad", asegura. Y afirma que el escándalo aún tiene que salpicar a nuevos individuos y organizaciones.
Pese a todo la entrevista se realiza en su casa a la japonesa. "Nosotros siempre nos quitamos los zapatos al entrar, indica". Durante toda la entrevista le acompaña su mujer, la burgalesa Anunciación Somavilla. Lleva casado 24 años y tiene dos hijos, de 16 y 18 años, que también están sufriendo las consecuencias del escándalo.
Anunciación está todo el rato a nuestro alrededor. Ofrece café y desayuno, busca en internet los datos que faltan. Desde que despidieron a su marido ha asumido por necesidad el rol de secretaria y gestiona la avalancha de entrevistas que le solicitan cada día. Ha sido empeño de Anunciación (Nuncy, como la llama Woodford) que los medios españoles conozcan la historia de su marido de primera mano. Woodford solo ha estado siete meses como consejero delegado de Olympus. Cuando Kikukawa le ofreció el puesto le dijo que sabía que sería "capaz de cambiar la compañía". No se imaginaba hasta qué punto...
¿Puede explicar por qué aun habiendo sido destituido en su cargo como consejero delegado, sigue dentro de la empresa? ¿Ha sido su decisión?
Todavía soy el director de Olympus Corporation, aún tengo acceso a los documentos del consejo y estoy invitado a sus reuniones, aunque me lo anuncian tan tarde que me es imposible ir. Mis abogados les han escrito diciendo que quiero participar en las juntas por videoconferencia, pero no me lo han permitido.
En esta extraña posición intermedia, ¿le han manifestado qué es lo que quieren que haga de ahora en adelante?
No, no me han pedido que haga nada especial. Yo quería expresar mi visión y mis opiniones.
¿Cree que hay alguna oportunidad de que los inversores vuelvan a confiar en Olympus?
Sí. Eliminando de la cúpula directiva a sus 14 miembros e incluyéndome a mí. Eso haría subir las acciones de la compañía notablemente.
¿Qué tiene que pasar para que eso suceda?
La decisión final es de los accionistas. La junta directiva te puede destituir de un cargo pero para salir de la compañía has de ser expulsado por los accionistas en la junta anual o en una junta extraordinaria. Un tercio de los accionistas son extranjeros, y he recibido ya muestras de apoyo por su parte. Los otros dos tercios son japoneses
Entonces para permanecer en la compañía tiene que convencer a esos dos tercios...
No, yo no quiero convencer a nadie. Si me quieren volveré, pero estoy abierto a todo.
¿Ha hablado con los accionistas?
Con los extranjeros sí, no con los japoneses. He hablado con South Eastern Asset Management que es el segundo inversor en Olympus y el mayor inversor extranjero. Es una compañía americana que se gestiona desde Londres. También estoy en contacto con Harris Associates en Chicago y Baillie Gifford, en Edimburgo. Los tres suman un 15% y todos han llamado para hacerme consultas.
¿Pero usted quiere volver a Olympus?
Sí. Mi posición legal es muy fuerte. Firmé un contrato de cuatro años del que me quedan por cumplir casi tres y medio. Además, después de que la compañía reconociera que había maquillado sus cuentas me siento vengado ante la opinión pública.
¿Por qué quiere volver?
Si pienso egoístamente, volver a Olympus no es lo más atractivo que se puede hacer, pero mi mayor preocupación son los empleados de Olympus en todo el mundo, incluidos los de España, donde tenemos unos 300 trabajadores. Muchos de mis colegas en Japón están muy preocupados y ansiosos por lo que creo que es lo que tengo que hacer.
¿Cree que esto afectará a su vida profesional en el futuro? ¿Cree que su osadía impedirá que otras compañías le quieran contratar o lo contrario?
Desde el punto de vista de mi carrera no he pensado mucho en ello. Creo que será mejor sacar conclusiones sobre esto en el futuro, cuando se sepa como sigue la historia, pero sí que estoy siendo penalizado porque estoy agitando el árbol y los monos están saltando... Creía que era lo que la gente esperaba de un buen directivo.
¿Cómo ha vivido este mes desde que le destituyeron el 14 de octubre?
Ha sido un infierno. El presidente Kikukawa y el vicepresidente Mori habían mentido como luego se ha demostrado. Intentaron acabar con mi imagen y mi reputación y eso ha sido terriblemente estresante . He estado solo con mi esposa que es, además, mi nueva secretaria (sonríe y la mira con complicidad). La gente piensa que tengo un equipo de 20 personas que me gestionan mis relaciones públicas pero no. Somos solo nosotros dos.
¿Y cómo ha sido su rutina durante este mes?
Empleo mi tiempo en hablar con los medios de comunicación de todo el mundo. Me levanto a las cinco de la mañana. Empleo muchas horas a hablar con Japón y luego hago entrevistas durante el día. Además tengo que emplear una parte de mi tiempo con las autoridades y con los cuerpos de seguridad internacionales que están investigando el caso. (FBI en Estados Unidos, el cuerpo de seguridad contra el fraude en Reino Unido SFO (Serious Fraud Office) y otras tres instituciones en Japón.
¿Cómo le está afectando a su mujer y a sus dos hijos?
Nuncy Anunciación Somavilla ha sufrido mucho, se despierta por la noche temblando. "Dormimos poco y mal", -añade ella desde la cocina, junto al salón donde se desarrolla la entrevista-. Ella encuentra especialmente irritante la posible aparición del crimen organizado. En Japón la publicación Facta ha asegurado que el crimen organizado de Japón (conocido como Yakuza) podría estar involucrado en todo este escándalo. Pero la verdad está saliendo ahora a la luz y yo estoy satisfecho con el trabajo de SFO, que hoy mismo (por ayer) ha dicho que lanza una investigación formal, lo que indica que se están tomando este asunto muy seriamente. Por eso estoy esperanzado, pero estoy seguro que tiene mucho más que salir a la luz".
¿A qué se refiere?
Ahora que han admitido haber hecho este pago de 700 millones de dólares en honorarios, además de los 920 millones de dólares por la adquisición de tres empresas, tiene que seguir respondiendo... Está claro que hubo grandes pérdidas de dinero en el pasado, pero ¿por qué hubo tales pérdidas? ¿Cuál fue el nivel de las pérdidas? ¿Quién trabajó con Olympus para lograr maquillar sus cuentas?. Esto aún tiene que salpicar a otros individuos y otras organizaciones.
¿Está al tanto de cómo progresan las investigaciones del SFO y el FBI?
Reino Unido cuenta con mi colaboración pero no me están contando los detalles porque comprometería la investigación y posibles cargos contra otros individuos. Lo mismo pasa en Estados Unidos. Tienen toda la información y los documentos necesarios para seguir adelante con la investigación.
¿Cree que es verdad que detrás de esto está la mafia japonesa?
Estamos hablando de grandes cantidades de dinero. Si llevas a cabo cuentas falsas estás utilizando mecanismos ilegales. Tenemos que saber quien estaba trabajando con Olympus. Lo que encontraremos detrás, no lo sabemos. Yo he hablado con muchos reporteros de investigación y lo que me llega es que existen razones para ser cauteloso.
Pidió protección de la policía metropolitana de Londres, ¿se la han dado?
He tenido encuentros con Scotland Yard y he pedido protección diplomática. Me han visitado y me han dado buenos consejos, pero por motivos evidentes no puedo concretar que tipo de medidas de seguridad he tomado.
¿Cuándo cree que su vida volverá a ser normal?
Espero que para Navidad pueda irme de vacaciones. Quince días en las Canarias pueden ser muy reparadores
Me parece muy pronto...
Pero es que las cosas van muy rápido. Ya ha pasado un mes de mi destitución y el panorama es muy distinto al de entonces.
Olympus tiene que replantear sus cuentas antes del 14 de diciembre, sino podría dejar de cotizar en la Bolsa, lo que sería horrendo. Después de eso habrá claridad en qué miembros de la junta se quedan y cuales se van y dónde va la compañía.
En realidad fue despedido por pedir explicaciones a los miembros de la directiva sobre unas transacciones valoradas en 687 millones de dólares a una consultora hoy desaparecida (Axam Investments) radicada en el paraíso fiscal de las Islas Caimán. Pese a intentar negarlo en un principio la cúpula directiva ha acabado por reconocer que lleva años maquillando sus cuentas, lo que ha provocado el derrumbe de Olympus en la Bolsa y la dimisión del presidente Tsuyoshi Kikukawa y el vicepresidente Hisashi Mori. Woodford dice que desde su destitución su vida ha sido un infierno. "Tuve que salir huyendo de Japón porque temía por mi seguridad", asegura. Y afirma que el escándalo aún tiene que salpicar a nuevos individuos y organizaciones.
Pese a todo la entrevista se realiza en su casa a la japonesa. "Nosotros siempre nos quitamos los zapatos al entrar, indica". Durante toda la entrevista le acompaña su mujer, la burgalesa Anunciación Somavilla. Lleva casado 24 años y tiene dos hijos, de 16 y 18 años, que también están sufriendo las consecuencias del escándalo.
Anunciación está todo el rato a nuestro alrededor. Ofrece café y desayuno, busca en internet los datos que faltan. Desde que despidieron a su marido ha asumido por necesidad el rol de secretaria y gestiona la avalancha de entrevistas que le solicitan cada día. Ha sido empeño de Anunciación (Nuncy, como la llama Woodford) que los medios españoles conozcan la historia de su marido de primera mano. Woodford solo ha estado siete meses como consejero delegado de Olympus. Cuando Kikukawa le ofreció el puesto le dijo que sabía que sería "capaz de cambiar la compañía". No se imaginaba hasta qué punto...
¿Puede explicar por qué aun habiendo sido destituido en su cargo como consejero delegado, sigue dentro de la empresa? ¿Ha sido su decisión?
Todavía soy el director de Olympus Corporation, aún tengo acceso a los documentos del consejo y estoy invitado a sus reuniones, aunque me lo anuncian tan tarde que me es imposible ir. Mis abogados les han escrito diciendo que quiero participar en las juntas por videoconferencia, pero no me lo han permitido.
En esta extraña posición intermedia, ¿le han manifestado qué es lo que quieren que haga de ahora en adelante?
No, no me han pedido que haga nada especial. Yo quería expresar mi visión y mis opiniones.
¿Cree que hay alguna oportunidad de que los inversores vuelvan a confiar en Olympus?
Sí. Eliminando de la cúpula directiva a sus 14 miembros e incluyéndome a mí. Eso haría subir las acciones de la compañía notablemente.
¿Qué tiene que pasar para que eso suceda?
La decisión final es de los accionistas. La junta directiva te puede destituir de un cargo pero para salir de la compañía has de ser expulsado por los accionistas en la junta anual o en una junta extraordinaria. Un tercio de los accionistas son extranjeros, y he recibido ya muestras de apoyo por su parte. Los otros dos tercios son japoneses
Entonces para permanecer en la compañía tiene que convencer a esos dos tercios...
No, yo no quiero convencer a nadie. Si me quieren volveré, pero estoy abierto a todo.
¿Ha hablado con los accionistas?
Con los extranjeros sí, no con los japoneses. He hablado con South Eastern Asset Management que es el segundo inversor en Olympus y el mayor inversor extranjero. Es una compañía americana que se gestiona desde Londres. También estoy en contacto con Harris Associates en Chicago y Baillie Gifford, en Edimburgo. Los tres suman un 15% y todos han llamado para hacerme consultas.
¿Pero usted quiere volver a Olympus?
Sí. Mi posición legal es muy fuerte. Firmé un contrato de cuatro años del que me quedan por cumplir casi tres y medio. Además, después de que la compañía reconociera que había maquillado sus cuentas me siento vengado ante la opinión pública.
¿Por qué quiere volver?
Si pienso egoístamente, volver a Olympus no es lo más atractivo que se puede hacer, pero mi mayor preocupación son los empleados de Olympus en todo el mundo, incluidos los de España, donde tenemos unos 300 trabajadores. Muchos de mis colegas en Japón están muy preocupados y ansiosos por lo que creo que es lo que tengo que hacer.
¿Cree que esto afectará a su vida profesional en el futuro? ¿Cree que su osadía impedirá que otras compañías le quieran contratar o lo contrario?
Desde el punto de vista de mi carrera no he pensado mucho en ello. Creo que será mejor sacar conclusiones sobre esto en el futuro, cuando se sepa como sigue la historia, pero sí que estoy siendo penalizado porque estoy agitando el árbol y los monos están saltando... Creía que era lo que la gente esperaba de un buen directivo.
¿Cómo ha vivido este mes desde que le destituyeron el 14 de octubre?
Ha sido un infierno. El presidente Kikukawa y el vicepresidente Mori habían mentido como luego se ha demostrado. Intentaron acabar con mi imagen y mi reputación y eso ha sido terriblemente estresante . He estado solo con mi esposa que es, además, mi nueva secretaria (sonríe y la mira con complicidad). La gente piensa que tengo un equipo de 20 personas que me gestionan mis relaciones públicas pero no. Somos solo nosotros dos.
¿Y cómo ha sido su rutina durante este mes?
Empleo mi tiempo en hablar con los medios de comunicación de todo el mundo. Me levanto a las cinco de la mañana. Empleo muchas horas a hablar con Japón y luego hago entrevistas durante el día. Además tengo que emplear una parte de mi tiempo con las autoridades y con los cuerpos de seguridad internacionales que están investigando el caso. (FBI en Estados Unidos, el cuerpo de seguridad contra el fraude en Reino Unido SFO (Serious Fraud Office) y otras tres instituciones en Japón.
¿Cómo le está afectando a su mujer y a sus dos hijos?
Nuncy Anunciación Somavilla ha sufrido mucho, se despierta por la noche temblando. "Dormimos poco y mal", -añade ella desde la cocina, junto al salón donde se desarrolla la entrevista-. Ella encuentra especialmente irritante la posible aparición del crimen organizado. En Japón la publicación Facta ha asegurado que el crimen organizado de Japón (conocido como Yakuza) podría estar involucrado en todo este escándalo. Pero la verdad está saliendo ahora a la luz y yo estoy satisfecho con el trabajo de SFO, que hoy mismo (por ayer) ha dicho que lanza una investigación formal, lo que indica que se están tomando este asunto muy seriamente. Por eso estoy esperanzado, pero estoy seguro que tiene mucho más que salir a la luz".
¿A qué se refiere?
Ahora que han admitido haber hecho este pago de 700 millones de dólares en honorarios, además de los 920 millones de dólares por la adquisición de tres empresas, tiene que seguir respondiendo... Está claro que hubo grandes pérdidas de dinero en el pasado, pero ¿por qué hubo tales pérdidas? ¿Cuál fue el nivel de las pérdidas? ¿Quién trabajó con Olympus para lograr maquillar sus cuentas?. Esto aún tiene que salpicar a otros individuos y otras organizaciones.
¿Está al tanto de cómo progresan las investigaciones del SFO y el FBI?
Reino Unido cuenta con mi colaboración pero no me están contando los detalles porque comprometería la investigación y posibles cargos contra otros individuos. Lo mismo pasa en Estados Unidos. Tienen toda la información y los documentos necesarios para seguir adelante con la investigación.
¿Cree que es verdad que detrás de esto está la mafia japonesa?
Estamos hablando de grandes cantidades de dinero. Si llevas a cabo cuentas falsas estás utilizando mecanismos ilegales. Tenemos que saber quien estaba trabajando con Olympus. Lo que encontraremos detrás, no lo sabemos. Yo he hablado con muchos reporteros de investigación y lo que me llega es que existen razones para ser cauteloso.
Pidió protección de la policía metropolitana de Londres, ¿se la han dado?
He tenido encuentros con Scotland Yard y he pedido protección diplomática. Me han visitado y me han dado buenos consejos, pero por motivos evidentes no puedo concretar que tipo de medidas de seguridad he tomado.
¿Cuándo cree que su vida volverá a ser normal?
Espero que para Navidad pueda irme de vacaciones. Quince días en las Canarias pueden ser muy reparadores
Me parece muy pronto...
Pero es que las cosas van muy rápido. Ya ha pasado un mes de mi destitución y el panorama es muy distinto al de entonces.
Olympus tiene que replantear sus cuentas antes del 14 de diciembre, sino podría dejar de cotizar en la Bolsa, lo que sería horrendo. Después de eso habrá claridad en qué miembros de la junta se quedan y cuales se van y dónde va la compañía.
Cronología de un escándalo aún sin cerrar
Fue un artículo de prensa el que puso a Michael Woodford tras la pista del gran escándalo que atenaza su vida. A finales de julio unos amigos japoneses le enseñaron un artículo de la prestigiosa revista financiera nipona Facta en el que se desvelaban movimientos oscuros en las cuentas de Olympus. "Antes de leer esos artículos no sospechaba nada. Si lo hubiera hecho, quizá no habría asumido el cargo, pero una vez tuve los datos delante no pude hacer más que tirar del hilo. Si no, me hubiera convertido en uno de ellos". Así que tiró del hilo: envió seis cartas a todos los miembros de la dirección, incluidos los auditores y abogados de la empresa, y en la carta número seis adjuntó un informe independiente, realizado por la auditora PwC, que ponía de manifiesto la preocupación sobre cómo se habían llevado a cabo unas transacciones de 687 millones de dólares a unos consejeros. Además pidió la dimisión del presidente y el vicepresidente de la compañía. El 12 de octubre Woodford recibió una notificación diciendo que había sido destituido. El motivo: "Discrepancias culturales".El presidente Tsuyoshi Kikukawa se vio forzado a dimitir el pasado 26 de octubre, después de que las acciones de la compañía perdieran un 55,7% de su valor. El vicepresidente Hisashi Mori ha sido cesado, aunque, según cuenta Woodford, "la semana pasada ambos seguían yendo a su oficina".
El pasado día 8 de este mes Olympus reconoció que había ocultado pérdidas durante décadas pagando de más por la compra de algunas empresas. Se calcula que podría haber desviado hasta 1.500 millones de dólares a paraísos fiscales. El FBI, la Metropolitan Police de Tokio, la Tokio Prosecutors Office y el SESC japonés (Security and Exchange Survellance Commision) están tras la pista de estos delitos y hoy mismo la SFO, la Serious Fraud Office británica, ha anunciado la apertura de una investigación.
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