Se acaba de hacer oficial. El Pentágono ha confirmado en un informe presentado en el Congreso de Estados Unidos que tiene el derecho de responder con acciones militares frente a las amenazas surgidas por los ciber-ataques.
El Departamento de Defensa estadounidense indica que puede lanzar un ataque físico en caso de que alguno de sus sistemas sea objetivo de los ciberdelincuentes. También extiende esta posibilidad a otras organizaciones –públicas o privadas- que sean objetivo de tales iniciativas cibernéticas.
Realmente se trata de una actualización a un informe presentado en verano, aunque en esta ocasión admiten la posibilidad de forma explícita.
El Presidente de los Estados Unidos será el responsable de autorizar las contraofensivas. Hasta ahora, este hecho se podía producir en los lugares de conflicto armado, como es el caso de Afganistán.
Hay que tener en cuenta que el Departamento de Defensa norteamericano cuenta con un entorno de red realmente complejo, con más de 15.000 nodos y siete millones de ordenadores conectados a nivel internacional, tal y como explican a nuestros compañeros de eWEEK.com. Una compañía relacionada con la defensa del país perdió en marzo pasado más de 24.000 ficheros debido a una brecha de seguridad en esta red.
Aunque en el informe se declara que este tipo de iniciativas militares tan sólo se producirán como última opción tras haber consumido sin éxito otras acciones, lo cierto es que la identificación a ciencia cierta de los atacantes es realmente complicada, incluso para el sistema de defensa más sofisticado del mundo.
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