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2011/11/16

Libia reescribe su historia tras la caída de Gadafi

Un equipo de investigación de la Universidad de Leicester (Reino Unido) acaba de romper con algunas de las teorías más asentadas sobre la historia de Libia. Los científicos liderados por el profesor de Arqueología Romana David Mattingly han descubierto en pleno desierto del Sáhara, al suroeste del país, restos de la civilización de los garamontes, un pueblo de origen bereber que habitó el norte de África en la antigüedad.
Mattingly asegura que se trata de "uno de los descubrimientos más extraordinarios, pues posiblemente estamos hablando de la primera civilización preislámica nativa, antes de que los griegos y los romanos colonizaran el norte de África". Según explica, en torno a la ciudad antigua de Garama (Germa), habría germinado una especie de estado organizado con ciudades y pueblos, dotado de un lenguaje escrito propio y con los oasis como epicentro de su actividad, aprovechando cierta vanguardia tecnológica para la explotación agraria.
El descubrimiento se produce de manera tardía por el manifiesto desinterés del régimen de Gadafi y, en este sentido, el arqueólogo afirma que "estos asentamientos no estaban ni identificados ni registrados" por el Gobierno libio. Ha sido ahora, gracias a los trabajos de Mattingly y su equipo, volcados en la región desde hace más de cuatro años, y a la financiación de casi 2,5 millones de euros por parte de la Unión Europea, cuando se ha producido el hallazgo. En este proyecto de investigación han participado otras entidades internacionales, como la Fundación Leverhulme, la Sociedad de Estudios Libios y la Fundación GeoEye.
Desde el punto de vista de Mattingly, "se trata de un nuevo comienzo para el Servicio de Antigüedades de Libia" que, a pesar de haber estado involucrado en todo el proceso arqueológico, venía siendo ninguneado por el régimen del dictador, privado de los recursos más esenciales. El profesor inglés reivindica la importancia cultural de cara al pueblo libio y confía en que "el nuevo Gobierno le otorgue al hallazgo la importancia que merece", resolviendo estas carencias.
A pesar de que la ubicación del yacimiento, para el que Mattingly solicita protección, se encuentra en pleno desierto del Sáhara, el científico apuesta por que este juegue "un papel clave en la economía del país con la activación del turismo una vez que se estabilice la situación políticamente". Asimismo, Mattingly no duda en afirmar que "es muy importante que se cuente la historia en las escuelas de Libia, que los niños conozcan quiénes fueron sus antepasados. Los garamontes deberían ocupar un espacio central en la historia, en la herencia cultural que estudian los niños libios en los colegios".

No eran 'bárbaros'

La ayuda de las imágenes vía satélite ha jugado un papel fundamental en las investigaciones de la Universidad de Leicester, dada la extensión del área a estudiar y lo inhóspito de la región en la que floreció la civilización garamonte. La confirmación de los restos sobre el terreno se produjo a principios de año, pero el estallido de la guerra contra el régimen de Gadafi obligó a los arqueólogos a regresar a Reino Unido, aunque ya se prepara una expedición de vuelta a Libia.
Los hallazgos dan un vuelco a las teorías tradicionales en torno al pueblo de los garamontes, hasta ahora considerados bárbaros nómadas. Sin embargo, los resultados de las investigaciones han revelado todo lo contrario: "Las construcciones que hemos encontrado al suroeste de Libia nos hacen pensar que se trataba de un pueblo sedentario y agricultor", apunta Mattingly.
El equipo británico ha hallado más de un centenar de granjas fortificadas y aldeas construidas siguiendo la estructura de castillos, así como varias ciudades que podrían datar de entre el siglo I y el IV antes de Cristo. El trabajo de campo del pasado mes de febrero descubrió ladrillos de adobe y paredes del castillo en pie de hasta cuatro metros de alto. Junto a las fortalezas, más restos de viviendas, cementerios con los enterramientos marcados con montones de piedras e, incluso, pozos de riego.
A este respecto, Mattingly subraya lo avanzado de este pueblo, "capaz de construir sofisticados sistemas de riego", lo que descartaría tanto su carácter nómada como su carácter agresivo frente a los romanos. De hecho, el experto asegura que "los garamontes fueron pioneros en el comercio transahariano pero también con otras culturas mediterráneas como los propios griegos y romanos", según los restos hallados.

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