El Gobierno británico no buscará "nuevos poderes" para cerrar las redes sociales en caso de disturbios, tal y como se venía planteando. Así al menos lo apuntó el Ministerio de Interior tras reunirse con los representantes de Facebook, Twitter y RIM, fabricante de BlackBerry.
La titular británica de Interior, Thersa May, asistió a un encuentro con los responsables de las principales redes sociales al que también acudió el secretario de Estado de Interior, James Brokenshire, y mandos policiales.
Esta reunión se produjo tras la polémica generada en torno a las redes sociales y su papel vertebrador en los disturbios que asolaron varias ciudades inglesas entre el 6 y el 10 de agosto.
"El Gobierno no busca adquirir nuevos poderes para cerrar las redes sociales", afirmó un portavoz ministerial tras la reunión, que explicó que el encuentro versó sobre "cómo las autoridades y las compañías pueden cooperar para evitar que las redes sean utilizadas con fines delictivos".
La compañía Facebook, por su parte, manifestó hoy que está comprometida a emprender "acciones firmes" contra los usuarios que rompan las normas de su página web.
Tras la ola de altercados de principios de mes, Cameron señaló que estudiaría si es "adecuado impedir que la gente se comunique a través de esas páginas web cuando tratan de alentar la violencia, los desórdenes y la delincuencia", lo que levantó algunas voces críticas en el Reino Unido.
Advierten que "apagar o restringir las comunicaciones de las personas es un asunto que requiere un cuidado extremo, así como una deliberación pública y transparente".
"Estamos muy preocupados porque nuevas medidas, tomadas desde la buena fe pero en medio de un clima político agitado, extiendan los poderes de las autoridades de forma que sean factibles algunos abusos y se restrinja la privacidad de la gente", subrayan las organizaciones pro derechos humanos.
La titular británica de Interior, Thersa May, asistió a un encuentro con los responsables de las principales redes sociales al que también acudió el secretario de Estado de Interior, James Brokenshire, y mandos policiales.
Esta reunión se produjo tras la polémica generada en torno a las redes sociales y su papel vertebrador en los disturbios que asolaron varias ciudades inglesas entre el 6 y el 10 de agosto.
"El Gobierno no busca adquirir nuevos poderes para cerrar las redes sociales", afirmó un portavoz ministerial tras la reunión, que explicó que el encuentro versó sobre "cómo las autoridades y las compañías pueden cooperar para evitar que las redes sean utilizadas con fines delictivos".
La compañía Facebook, por su parte, manifestó hoy que está comprometida a emprender "acciones firmes" contra los usuarios que rompan las normas de su página web.
Tras la ola de altercados de principios de mes, Cameron señaló que estudiaría si es "adecuado impedir que la gente se comunique a través de esas páginas web cuando tratan de alentar la violencia, los desórdenes y la delincuencia", lo que levantó algunas voces críticas en el Reino Unido.
Voces en contra
Ante la reunión de hoy, diez organizaciones de defensa de los derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional y OpenDemocracy, dirigieron una carta abierta a la ministra británica de Interior en la que muestran su preocupación por la posibilidad de que el Reino Unido limite las comunicaciones por internet en determinadas circunstancias.Advierten que "apagar o restringir las comunicaciones de las personas es un asunto que requiere un cuidado extremo, así como una deliberación pública y transparente".
"Estamos muy preocupados porque nuevas medidas, tomadas desde la buena fe pero en medio de un clima político agitado, extiendan los poderes de las autoridades de forma que sean factibles algunos abusos y se restrinja la privacidad de la gente", subrayan las organizaciones pro derechos humanos.
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