Steve Ballmer anunció a bombo y platillo la llegada de Windows 8 para el próximo año, una afirmación que ya ha sido desmentida por la propia compañía dejando al CEO en una posición complicada mientras se empiezan a escuchar voces que piden su dimisión.
Durante la conferencia de desarrolladores celebrada en Japón, Ballmer aseguró que Windows 8 llegaría en 2012. La noticia saltó a todos los medios pero ahora es momento de rectificar ya que un portavoz de Microsoft ha negado públicamente las palabras del CEO asegurando que se trata de “un malentendido”.
La compañía de Redmond aclara que por el momento no tienen ninguna fecha ni nombre que anunciar para la siguiente versión de Windows.
Es posible que Ballmer se precipitara en sus declaraciones y desvelara algunos detalles que la compañía aún prefiere guardar bajo llave, en cualquier caso verse negado por su propia compañía no es único problema que tiene el CEO ya que han comenzado a surgir opiniones contrarias a su gestión que piden su cabeza.
En concreto es David Einhorn, presidente del fondo de inversión Greenlight Capital que tiene participación en Microsoft, quien ha pedido la dimisión de Ballmer ya que “su presencia continuada es la mayor amenaza sobre las acciones de Microsoft”.
Einhorn, muy respetado en el entorno de los fondos de inversión, considera que el CEO está “estancado en el pasado” y supone un lastre el crecimiento.
Las cifras avalan en cierto modo esta postura ya que las acciones de Microsoft se han mantenido prácticamente sin cambios en los últimos diez años. Además, la firma de Redmond ha perdido su condición de mayor gigante de la tecnología tras verse superada en valor de mercado por IBM y en rentabilidad por Apple.
the INQUIRER
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