Lo mejor:
- La recreación y la posterior destrucción de Manhattan es simplemente impresionante.
- El desarrollo principal, aunque corto, sabe mantenerte en tensión y meterte de lleno en la acción.
- La gran cantidad de bugs y fallos. No desesperan pero estropean la experiencia de juego.
- Aunque divertido, no deja de ser más de lo mismo.
En la primera entrega Crysis dejó patente cuál era su plato fuerte: el hiperrealismo y, damas y caballeros, lo han conseguido. La recreación de la isla de Manhattan es soberbia. No sólo en el acabado técnico si no en la ambientación que sabe meterte de lleno y animarte a explorar cada detalle del escenario.
Sin embargo lo mejor es ver cómo según avanzamos en la historia Nueva York pasa de ser una ciudad idílica a un auténtico caos. Ver caer los edificios, divagar entre las ruinas y observar cómo Manhattan queda reducido a escombros es simplemente espectacular, como el buen cine palomitero norteamericano.
La influencia cinematográfica, seguimos con ella, va más allá de los efectos especiales y llega también a la trama la cual se va desarrollando como una película. Con todo lo bueno y malo que implica. Por un lado es cierto que las escenas de acción están muy bien planteadas. Saben poner en tensión al jugador y nos dejan una cierta libertad para elegir cómo queremos ejecutar nuestra táctica. De hecho algunos momentos te acaban haciendo sudar la gota gorda, especialmente en los niveles de dificultad más altos.
Sin embargo por otra parte este planteamiento hace que el desarrollo del juego se limite a ir de un punto a otro donde se producen los combates. Es cierto que la ambientación ayuda a que exploremos e interactuemos con el escenario y los objetos pero en muchos casos peca de ser bastante lineal.
Otra de las grandes atracciones originales de Crysis es el nanotraje. Tecnología puntera que nos permite tan pronto ser invisibles e infiltrarnos en las líneas enemigas como resistir todo tipo de impactos y explosiones. Este recurso hace que, en todo momento, podamos elegir cómo queremos jugar y plantear cada combate. Por un lado podemos optar por usar la invisibilidad e intentar matar con sigilo o bien directamente salir a pecho descubierto con nuestro rifle de asalto y acabar con todo lo que se mueva.
En esta nueva versión además podemos mejorar el nanotraje con puntos que vamos recogiendo cuando matamos extraterrestres. Las mejoras en algunos casos resultan bastante útiles especialmente si jugamos en el nivel de dificultad más alto.
El nanotraje, nuestra mejor arma
Aunque el nanotraje es divertido y da cierta libertad para ejecutar las acciones lo cierto es que puede llegar empañar la experiencia de juego ya que es muy fácil abusar de sus capacidades. Tanto el blindaje como el camuflaje, bien usados, hacen que algunas partes sean un paseo. Al final permite que cada cual elija como jugar, que es lo que importa.
Aunque el nanotraje tiene bastante peso en la acción el arsenal que tenemos a nuestra disposición no se queda corto. Desde fusiles a escopetas pasando por rifles, pistolas y armas experimentales tenemos una amplia selección donde elegir. Además podemos realizar pequeñas personalizaciones como por ejemplo cambiar las mirillas, poner silenciador o acoplarle un lanzagranadas. No son muchas opciones pero son suficientes para ajustarlas a nuestro gusto.
La duración de la historia principal es de unas 10 horas, 10 horas bastante intensas eso sí. El problema es que el valor de rejugabilidad es algo escaso y radica en encontrar objetos ocultos en los diferentes escenarios.
Para alargar la duración de Crysis 2 tenemos un modo multijugador online con un sistema de niveles y recompensas según vamos consiguiendo puntos en las diferentes partidas. Por lo demás, los mismos tipos de partida que en otros shooter: Deathmatch, juego en equipo, capturar la bandera.
Apartado técnico
Visualmente, como ya hemos dejado entrever a lo largo del análisis, el trabajo es excelente. Lo que más destaca, además de las explosiones, es la excelente utilización de la luz en la creación de los ambientes que, a pesar de transcurrir todo en la ciudad de Nueva York, nos ofrece tonos y contrastes diferentes. Las imágenes no hacen justicia a la calidad gráfica, hay que verlo en movimiento.
Sin embargo no todo van a ser palmaditas en la espalda para Crysis 2. El juego tiene una cantidad de bugs bastante grande para un producto final. De repente los enemigos aparecen y desaparecen a su libre voluntad y, siendo del todo sincero, algunas texturas de los escenarios podrían estar más trabajadas.
La banda sonora del juego corre a cargo de Hans Zimmer, uno de los compositores de bandas sonoras más importantes del séptimo arte (con permiso de Ennio Morricone y John Williams). Su trabajo es excelente y sabe marcar el ritmo, la tensión y el tono de cada momento. El doblaje por su parte cumple con su cometido y la caracterización de los personajes está bastante conseguida.
Conclusión
Crysis 2 ha perdido en libertad y nos trae un planteamiento más lineal, más intenso pero también más corto. Si nos gustan los shooter y somos conscientes de este cambio es un juego totalmente recomendable. La historia principal es muy divertida pero una vez acabada sólo nos queda un multijugador que cumple pero no es una maravilla. Como las superproducciones de Hollywood: un deleite para los sentidos pero sin mucho más que ofrecer.
Libertad Digital
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