La Comisión Europea está estudiando la posibilidad de hacer que los proveedores de internet controlen sus redes para hacer frente a las descargas ilegales. La controvertida medida, que actualmente está siendo examinada por el Tribunal Europeo de Justicia, tiene el impulso de las entidades de gestión de derechos de Francia y toma como una de sus referencias la polémica 'Ley Sinde'.
La modificación de la legislación comunitaria vigente en materia de derechos de autor cuenta por ahora con un borrador que se dará a conocer el 24 de mayo. El proyecto contempla "hacer frente a las infracciones en su origen y, para ello, fomentar la cooperación de los intermediarios, tales como los proveedores de servicios de internet".
Según la publicación especializada en la actualidad comunitaria Euractiv, esto convertiría a los proveedores de servicios de internet en 'policías' de sus redes, a las que deberían monitorizar, denunciando los contenidos que infringieran derechos.
Fuentes cercanas a la Comisión citadas por Euractiv alegan que el ejecutivo de la UE ha tomado nota de la disposición de la Ley de Economía Sostenible conocida como 'Ley Sinde', que contempla la tramitación del cierre de webs por vía administrativa y finalmente por orden judicial. Aunque estas fuentes citan la influencia de la 'Ley Sinde' española en esta nueva norma comunitaria, no precisan si se contemplaría el cierre de webs, ni la vía para hacerlo.
Las nuevas medidas europeas parecen llegar especialmente desde Francia y de manos del comisionado responsable del mercado interno y servicios de la CE, Michel Barnier. Desde que se aprobó la polémica ley francesa, llamada Hadopi, la Unión Europea ha estado buscando la manera de mejorar sus leyes para detener la línea de intercambio de archivos ilegales, alegando que causa importantes pérdidas a los titulares de derechos representados por las compañías discográficas.
Obligar a los proveedores a vigilar sus redes parece la opción preferente, algo en lo que las empresas proveedoras de acceso a internet se muestran en desacuerdo.
La Vanguardia
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