Un estudio de Arbor Networks sobre el volumen de tráfico de las direcciones nativas IPv6 a través de un gran número de grandes compañías revela que el volumen de adopción de las nuevas direcciones es mínimo. ¿La causa? Problemas técnicos y de diseño, la falta de incentivos económicos y una escasez de contenidos de IPv6.
Durante los seis meses que duró su investigación, Arbor constató que el tráfico a través de redes IPv4 había crecido del 40 al 60%, mientras que el de IPv6 disminuía una media del 12% proporcional, en comparación con el tráfico IPv4. Y eso a pesar de los quince años que se han estado desarrollando renovados estándares y apoyando el cambio al nuevo protocolo.
Si bien es cierto que los volúmenes reales de IPv6 se han incrementado en los últimos tiempos, todavía representa un porcentaje irrisorio del tráfico total en Internet: un 0,25%. La mayor parte de las solicitudes se ha destinado a programas de intercambio de archivos P2P como BitTorrent. De hecho este tipo de redes representan el 61% del tráfico, frente al 8% en IPv4. El tráfico web ocupa la segunda posición en ambas versiones, pero con matices: un 19% en IPv4 frente a un 4,6% a través de IPv6.
El vídeo online, como Netflix, YouTube y Web Video, supone algo menos de la mitad del tráfico IPv4 y en iPv6 ni siquiera aparece. Resulta irónico teniendo en cuenta que Netflix es una de las pocas empresas grandes con una página accesible mediante IPv6.
Las indagaciones de Arbor también concluyen que los planes de transición de la mayoría de las empresas e ISPs al nuevo espacio están muy retrasados. Algo preocupante si se tiene en cuenta que las últimas direcciones IPv4 se están agotando más rápido de lo previsto. La Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN) adjudicó los últimos bloques de direcciones IPv4 a los cinco Registros Regionales de Internet en una ceremonia pública el pasado 3 de febrero.
eWeek
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