Ni pop-ups, ni banners. Regalos. Por jugar y conseguir niveles, puntos, estrellas o lo que hayan decidido los creadores de juegos móviles que constituye una recompensa por ser más o menos hábil, lúdicamente hablando. Ésta es la fórmula con la que Kiip quiere competir con los dos grandes de la publicidad móvil: Apple iAd y Google AdMob.
Su fundador, Brian Wong, de tan sólo 19 años, lo tiene claro. El compromiso del usuario vale más que su atención y el mejor momento para presentarle un producto y convencerlo es cuando siente la euforia que produce haber conseguido una buena puntuación, haber superado a un contricante, “haber hecho algo que tiene un valor”. “Los logros son la moneda universal para conseguir un objetivo y los juegos los tienen”, explicaba hace unos días el exempleado de Digg.com en la publicación tecnológica Techcrunch.
Asociar una marca con un sentimiento positivo. El concepto no es nuevo y Wong y su equipo no son los primeros en haberlo pensado. Tap.me trabaja con la misma idea de aprovechar los “momentos de gloria” desde hace más de seis meses, pero colocando en ese instante el banner o anuncio correspondiente en la pantalla del móvil. Kiip ha dado un paso más allá consiguiendo acuerdos con marcas como Sephora, Sony Dash, 1.800 Flowers, Dr Pepper o GNC para ofrecer a los jugadores “recompensas reales por sus logros virtuales”. Supuestamente de forma inteligente. Es decir, con un algoritmo basado en los datos demográficos del juego. En otras palabras, si los jugadores no son chicas, no conseguirán muestras de pintalabios. Otro tema es que los jugadores quieran proporcionar datos sobre sí mismos para poder conseguir los regalos y que obtenerlos les convierta en clientes.
Kiip, que nació en julio del 2010, anunció el pasado día 11 que está ya presente en más de 15 juegos, lo que según los cálculos de TechCrunch significa que puede alcanzar a más de 12 millones de usuarios. La compañía ha conseguido 4 millones de dólares en una primera ronda de financiación.
La Vanguardia
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