Buscar

2010/12/06

Polizones invasores

Incrustados en los cascos de los barcos o en las aguas de lastre, las especies marinas viajan por el mundo y se instalan en ecosistemas distintos a los suyos. Muchas de ellas son más fuertes que las autóctonas y las destruyen, otras destrozan instalaciones e incluso portan enfermedades.
Unos cangrejos de cuatro centímetros se ven absorbidos en cualquier costa del mundo por un barco que necesita toneladas de agua dentro de sí para equilibrarse y poder navegar, son las llamadas aguas de lastre. Y varios mejillones de no más de dos centímetros se quedan incrustados en la cubierta de ese mismo barco, que cruzará océanos y mares soltándolos por distintos lugares.
Al llegar al destino, la embarcación se desprende de todo el agua que le estabilizaba en otra costa del planeta. Los cangrejos, el plancton, las algas y los peces se ven en un ecosistema desconocido. Si sobreviven y destruyen a las especies autóctonas, se convierten en invasores.
La Organización Marítima Internacional (OMI) calcula que aproximadamente el 90% del volumen del comercio mundial de mercancías se transporta por mar. También ha estimado que cada año se desplazan por el mundo 10 millones de toneladas de agua de lastre, y que se transfieren más de 3.000 especies de plantas y animales al día.

Efectos

"Si una especie es transferida a otro hábitat y se establece, desplaza a las nativas y además no tienen depredadores que acaben con ellas para que funcione el ciclo de control natural", explica Mary Luz Cañón, científica e investigadora en Colombia del proyecto GloBallast, el programa instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la gestión de las aguas de lastre.
"Además de la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas, las especies invasoras afectan a las infraestructuras portuarias, bloquea la grifería, motores… y pueden afectar a la salud humana", detalla Cañón.
En 1991, se desarrolló en Perú una epidemia del cólera en la que murieron más de 500 personas y cerca de 100.000 fueron afectadas. La OMI atribuyó el origen de la enfermedad a la descarga del virus contenido en las aguas de lastre que se depositaban en sus puertos.
"Por otra parte, muchas especies del fitoplancton quizás transferidos por el agua de lastre han generado mareas rojas, causando muertes masivas de otras especies como los peces o intoxicación de seres humanos cuando son tóxicas", añade Cañón.
Hay plantas que tapizan los ríos y no dejan que traspase la luz al agua, por lo que los peces y el resto de la fauna, desaparecen. Plagas que acaban con los cultivos, otras especies que hibridan. En otros casos, pueden surgir alergias o dermatitis.
Las especies invasoras impactan además en la economía, afectando pesquerías, cultivos , el turismo, mantenimientos de infraestructura portuarias por incrustaciones... El costo para su prevención, control y aniquilación superan en el caso de Estados Unidos los US$100 mil millones al año.
La erradicación de las especies en muchos casos tiene que ser de forma manual porque introducir otra que la aniquile a la invasora puede resultar peligroso, y utilizar sustancias químicas pueden ser nocivo para las nativas, lo que eleva aún más su costo.

Otras formas de arribar

Eso sin contar además que algunos de los mejillones que trajeron los grandes barcos a la costa puede desprenderse de ese y engancharse a otra embarcación más pequeña, de recreo o deportiva, que va a navegar por ríos y lagos.
Ahí es donde de nuevo vuelve a introducirse en otro hábitat, quizás más débil aún. Por esta razón se prohíbe la entrada de todo tipo de embarcaciones a numerosos lugares protegidos.
Específicamente para controlar la transferencia de especies introducidas por las aguas de lastre, Mary Luz Cañon explica que países como Argentina y Brasil han implementado normativas nacionales, basadas en las directrices voluntarias generadas por la OMI desde los años '90.
Cañón describe dos procedimientos para evitar la introducción de especies. "Por un lado, se propone realizar el cambio del agua de lastre tomada en las áreas costeras con aguas de mar abierto; reduciendo así la cantidad de especies tomadas en el puerto de origen. Y la segunda opción es mediante tratamientos físicos o químicos a bordo del buque, pero siempre deben ser una metodología amigable con el medio ambiente".
Otra opción es preparar infraestructuras en los puertos para tratar el agua a bordo y posteriormente soltarla, además de utilizar la llamada pintura antifouling, que evita que los moluscos se adhieran a los cascos de los barcos.
En ese caso, los cangrejos absorbidos morirían ante de llegar al nuevo ecosistema.
Por su parte, los mejillones de no más de dos centímetros, correrían otra suerte. Con la pintura antifouling no se podrían adherir a los casos de los barcos y nunca emprenderían el viaje allende a su hábitat.

BBC Mundo

No hay comentarios: