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2010/12/15

El rey de Facebook

Los propios responsables de 'Time' lo dejan bien claro: ser nombrado 'persona del año' «nunca ha sido un honor», sino la simple constatación de la capacidad de algunos individuos para «dar forma a nuestro mundo». Esa es la explicación de que en la lista aparezcan tipos como Adolf Hitler, el protagonista de 1938, que sólo despiertan admiración en algunos sótanos siniestros de nuestra sociedad pero, desde luego, sí supieron cómo cambiar la vida de miles de personas. Muchos pondrán en duda que el elegido de este año, Mark Zuckerberg, creador y cofundador de Facebook, haya tenido una influencia comparable a la de sus ilustres antecesores en el palmarés -gente como Churchill, Jomeini, Martin Luther King o Juan Pablo II-, pero también es cierto que buena parte de la humanidad preferirá responder a la noticia pulsando el botón de 'me gusta', ese pulgar hacia arriba con el que los ciudadanos de Facebook, un conglomerado de casi 600 millones, dan su visto bueno a las cosas. Es el signo de los tiempos. Y es obra suya.
¿Por qué Zuckerberg? «Por conectar a más de 500 millones de personas y dar forma a las relaciones sociales entre ellas; por crear un sistema nuevo de intercambiar información que se ha vuelto indispensable y, a la vez, en ocasiones asusta un poco; y, finalmente, por cambiar la manera en que todos vivimos nuestras vidas», responde la publicación. Y se lanza a enumerar unos cuantos datos que también despiertan a la vez asombro y cierto temor: en menos de siete años, Facebook ha logrado reunir a una doceava parte de la población mundial y crece a razón de 700.000 personas diarias. Si realmente fuese un país, se colocaría el tercero por número de habitantes, detrás de China e India. Cada día, esa multitud invierte en Facebook unos 388 millones de horas y cuelga mil millones de contenidos nuevos. Y, si pasamos al terreno personal, hay otro detalle que también estremece lo suyo: aquel estudiante de Harvard que a los 19 años ideó un «directorio online que conecta a la gente a través de redes sociales» ha amasado a sus actuales 26 una fortuna estimada en 6.900 millones de dólares.
Zuckerberg ha hecho posible que todo el mundo comparta opiniones y pensamientos sin límite para la nimiedad, pero él se revela bastante impenetrable. Los hechos de su vida son bien conocidos: que es hijo de un dentista y una psiquiatra, que creó su primera red para la familia a los doce años, que practica la esgrima, que es daltónico -y por eso el azul se convirtió en el color de Facebook-, que habla chino mandarín, que va siempre en vaqueros y camiseta... Pero su personalidad sigue intrigando: ¿qué hay detrás de esa mirada fija, casi metálica, que nos escruta desde la portada de 'Time'?
Indiferente al dinero
Dicen de él que tiene pocas habilidades sociales, hasta el punto de resultar desagradable en el trato directo, pero la revista estadounidense lo pinta con otros matices: aunque «se aproxima a la conversación como un modo de intercambiar datos tan rápida y eficientemente como sea posible», también transmite una «rara calma» y demuestra una «indiferencia casi patológica» por el dinero. Cuando se estrenó 'La red social', la película basada en su historia, llevó a toda la empresa a verla y se sorprendió de la atención a algunos pormenores -«creo que he tenido todas las camisetas que me han puesto»-, pero le defraudó que el guión no supiese ver su pasión por lo que hace y le atribuyese otras motivaciones.
Zuckerberg -la 'persona del año' más joven después de Charles Lindbergh, que ganó la primera edición con 25 años- ha superado en la clasificación de 2010 al movimiento Tea Party y el fundador de Wikileaks, Julian Assange, votado como favorito por los lectores. La revista establece un interesante paralelismo entre ambos personajes: «En cierto sentido, Zuckerberg y Assange son dos caras de la misma moneda. Los dos expresan un deseo de apertura y transparencia. Mientras que Assange ataca a grandes instituciones y gobiernos, a través de la transparencia involuntaria, con el objetivo de quitarles poder, Zuckerberg capacita a los individuos para compartir voluntariamente información con la idea de darles poder. Assange ve el mundo como algo lleno de enemigos reales e imaginarios; Zuckerberg ve el mundo como algo lleno de amigos potenciales». Por supuesto, la 'persona del año' empleó ayer Facebook para agradecer a todos esos amigos sus felicitaciones: «Es un verdadero honor -escribió en su muro- y es el reconocimiento de cómo nuestro pequeño equipo está construyendo algo de lo que quieren formar parte cientos de millones de personas. Estoy feliz de ser parte de ello yo también».
 

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