En un momento en el que los teléfonos móviles incorporan cada vez más posibilidades para estar permanentemente conectados a Internet, interactuar en las redes sociales, orientarse con las funciones de GPS, hacer fotos o grabar vídeos, hay quien cree que sigue habiendo mercado para su función original: llamar.
La agencia holandesa de publicidad John Doe ha desarrollado el que anuncian como el "teléfono más simple del mundo", para los usuarios "que no quieren revisar su Timeline de Twitter o actualizar el estatus de Facebook", para los usuarios que sólo quieren hacer y recibir llamadas. Nada más. Y lo han bautizado John's Phone.
Un guiño a la universalidad anónima que imprimen a todos los productos "no-tontería" que comercializan desde el 2005 con la marca From the Supermarket. Primero sacaron al mercado Water from the Supermarket (Agua del Supermercado), luego una camiseta y, más tarde, zumo de manzana. Productos presentados como simples y sin artificios, que colocaron en nichos de mercado estratégicos con éxito.
Ahora esperan que el John's Phone, que también contiene una agenda y algunos juegos, sea un hit entre los tecnófobos y que se convierta en el primer teléfono de los niños y de la gente mayor.
El diseñador del invento, Diedriekje Bok, asegura que el teléfono funciona en todo el mundo, con tarjeta prepago, y que es útil para viajar o durante el fin de semana.
"El John's Phone es para esos momentos en los que el resto del mundo no importa", afirma. El aparato, que se puede adquirir en diferentes colores, cuesta de 70 a 80 euros, a los que hay que sumar 20 euros más por la agenda y el lápiz. La simplicidad tiene un precio.
La Vanguardia
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