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2010/07/28

Muriendo por un iPhone

Fuente: La Vanguardia.

Desde el puente sobre la autovía a Shenzhen es fácil ver las redes de color amarillo colocadas en las plantas bajas del enorme campus industrial. "Las pusieron en las fábricas y en los dormitorios por si más gente se tira", dice Xiao Kang ingeniero de 24 años, uno de miles de trabajadores veinteañeros que salen de la fábrica, muchos hablando por teléfonos móviles fake,copias pirata de los que fabrican dentro. Algunos lucen polos de código color para designar su área de trabajo : blanco y azul marino (servicios) y negro (producción). Estos son los más vulnerables. "Algunos vienen desde muy lejos a trabajar aquí; sin cualificaciones; sin futuro ni esperanza; y a veces matarte es una manera de ser libre", dice Xiao Kang, sin melodrama en un inglés precario. 
Bienvenidos a la planta de Foxconn, el enorme campus industrial en el sudeste de China donde seguramente se ensambló el iPhone 4G de Apple, el Nokia Netbook, o Motorola Milestone que usted lleva en su bolsillo. Es el complejo manufacturero más grande del emporio del multimillonario taiwanés Terry Gou. Cuenta con más de 350.000 trabajadores, muchos de ellos residentes en los dormitorios empresariales de cinco o seis plantas y cinco o seis trabajadores por habitación. Su salario base en estos momentos es de 1.200 yuanes (200 euros) al mes, un 30% más que en mayo cuando estalló la noticia de los diez suicidios y 13 intentos ocurridos en el campus en menos de cinco meses . "No podemos entrar porque ya han golpeado a algún periodista", dice Kang, señalando los policías privados que vigilan la inmensa ciudad-fábrica.

En el taller de láminas de acero donde trabaja Xiao Kang, 100 trabajadores pararon el viernes. "Protestaron porque no les habían subido el salario como a los otros", dice Kang. Ha habido alguna protesta también por los suicidios impulsada por los padres de un trabajador muerto. Pero los trabajadores de Foxconn se lo piensan mucho antes de sumarse a la ola de huelgas que recorre las plantas de las multinacionales del automóvil.

Esto puede deberse a dos factores: Foxconn -con 820.000 trabajadores en China-es un ejemplo extremo de la multinacional footloose - suelto de pie-. Se marchó de Taiwán en su día cuando los costes subieron y ahora pretende desplazar la fabricación desde Shenzhen a Chingqing en la lejana provincia interior de Sichuan, 1.500 kilómetros al oeste, el lugar de origen de muchos de los obreros migrantes en Shenzhen. "Queremos permitir que los trabajadores se queden en sus pueblos", dijo un relaciones públicas de Foxconn aunque se desplaza producción también a Vietnam. Algunos creen que es un farol para prevenir más protestas y más subidas de salarios. "Foxconn miente; construye más dormitorios en Shenzhen y contrata a licenciados de las escuelas técnicas aquí", dice Xiao Sahn, ex trabajador de Foxconn. La amenaza de marcharse "crea miedo en toda la comunidad", añade.

Otro motivo de la resignación de los trabajadores es que saben que Gou - número 136 en el ranking de Forbes Billionaires-no tiene la última palabra en esta cadena global de valor añadido. "Apple se lleva el 50% del beneficio por un iPhone; Foxconn mucho menos; y las otras empresas en este distrito pagan menos que Foxconn", dice Xiao Kang. "Así funciona el capitalismo".

En general, no se palpa la misma admiración religiosa por Apple en Shenzhen que en 22@ de Barcelona. "Apple se ha mostrado más bien indiferente a los suicidios", dice Debbie Chan, de la ONG SACOM en Hong Kong. Tras estallar la noticia de los suicidios en junio, Samsung, Nokia HPy Dell, anunciaron sendas investigaciones. Pero Steve Jobs, el presidente de Apple, se limitó a decir que su empresa ya realiza "inspecciones rigurosas" de las condiciones en sus proveedoras y que Foxconn cumple. Terry Gou gana el premio a la insensibilidad. Anunció que Foxconn abandonaría las "generosas políticas de indemnización" a las familias de trabajadores muertos ya que incentivaban el suicidio.

Tras mantener entrevistas con trabajadores de Foxconn, Sacom descubrió que "algunos tienen prohibido hablar mientras trabajan; se les suben las metas de producción cada día, regañan públicamente a los ineficientes". "Foxconn y Apple dicen que los suicidios se deben a factores personales pero son un síntoma del estrés generado por el sistema de gestión cuasi militar en Foxconn", dice Chan.

Y añade: "Las marcas globales son los últimos responsables; Foxconn sólo transfiere a los trabajadores las presiones sobre sus márgenes".

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