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2010/07/07

La crisis obliga a las televisiones a producir series más baratas

Fuente: ABC.

Mayo de 2010 cerró la que es para muchos una de las mejores temporadas televisivas de la historia de la televisión. Mientras que ficciones como «Mad Men » (Cuatro), «Breaking Bad » (cadenas de cable) o «Dexter» (Cuatro) terminaban de hacerse con el beneplácito de crítica y público, «Perdidos», una de las series más influyentes de esta década, finalizaba en medio de la admiración y de la polémica. Y por si esto fuera poco, los niños cantores de « Glee» y los modelos familiares de «Modern Family» triunfan a un lado y otro del charco.
Sin embargo, 2011 pinta un panorama más pesimista, al menos en las grandes televisiones generalistas de Estados Unidos, las llamadas «networks» (ABC, CBS, NBC y Fox, cadenas de acceso gratuito); no así en las de cable, cuya financiación les permite más libertad y riesgo creativos. La crisis económica hace que primen ahora series baratas y cuya temática 'básica' permita altas audiencias. No se arriesga mucho en ideas soprendentes e innovadoras porque las cadenas temen perder dinero: comenzar a producir una ficción suele costar más que mantener una con bajo share.
De este modo, otoño estará repleto de sitcoms económicas y ficciones procedimentales con las que enganchar a la audiencia pero sin necesidad de que los espectadores tengan que estar pendientes de no perderse un nuevo episodio. Lo importante es obtener unos aceptables resultados para mostrar al anunciante.
Sitcom: Bueno, bonito y barato
El reciente éxito de «Cómo conocí a vuestra madre» (emitida en España por La Sexta), «Big Bang Theory» (Antena 3 Neox) y las mencionadas Glee (Neox) y «Modern Family » (cuyos derechos de emisión en el país también ha comprado Antena 3) ha demostrado que la «sitcom» o comedia de situación está en forma años después del adiós de mitos como «Friends», «Frasier» o «Seinfeld». «Estamos viviendo un revival del género», dice Sonia Blanco, profesora de la Universidad de Málaga, que no cree que ahora haya una crisis de ideas, en un momento en que se está «experimentando con la mezcla de géneros».
Sus características de producción la hacen un producto cómodo para su programación y para su consumo: duración estándar de unos 20 minutos, pocos decorados y actores y guiones atractivos con los que los espectadores pueden disfrutar mientras cenan o están con la familia.
Esta adictiva sobriedad permite que la próxima temporada se plague de comedias baratas de realizar y con las que obtener pingües beneficios. Así, la NBC (que tiene reservada la noche de los jueves a las comedias) prepara «Perfect Couples», sobre las relaciones de tres parejas, mientras la CBS está desarrollando el nuevo proyecto de Chuck Lorre (creador de las exitosas «Dos hombres y medio », de La 2, y «Big Bang Theory»), «Mike and Molly», sobre una pareja obesa que acude a un grupo de apoyo para perder peso. Y la lista sigue... Una «sitcom» puede dar, con un presupuesto bajo, unos resultados de audiencia aceptables (llegan a cualquier segmento de público), y con ello unos beneficios publicitarios muy anhelados en esta época de vacas flacas.
Procedimentales para apretarse el cinturón
Si las grandes cadenas estadounidenses han tenido que recurrir a las baratas comedias para sobrevivir en la crisis, la apuesta por los procedimentales tampoco se queda atrás.
Un procedimental es aquella serie cuyos capítulos son cerrados, es decir, cuya trama se plantea al comienzo del episodio y se cierra al final de él. Ejemplos de ello son «House» (Cuatro) y la franquicia «C.S.I.» (Telecinco).
Las «networks» han apostado por ellas gracias a que no hace falta una fidelización (así, un espectador puede ver un capítulo aislado o perderse varios y no por ello sentirse desorientado) y a que, en cierta medida, también son baratas de producir, pues no exigen, en la mayoría de los casos, grandes efectos especiales o rodaje en exteriores. .
Después del fracaso de series como «Flashforward» o « Dollhouse » , series que había que seguir durante toda la temporada televisiva para descubrir el 'misterio final' y que supusieron un enorme batacazo después de las expectativas (y la inversión) puestas en ellas, las cadenas van a apostar por procedimentales como «Kindreds», la nueva serie de abogados de David E. Kelley (el creador de Ally McBeal) para la NBC, o «Ridealong», una serie de la Fox del creador de «The Shield», Shawn Ryan.
Las televisiones por cable, un mundo aparte
Y mientras los ejecutivos intentan buscar el nuevo éxito de la próxima temporada, las cadenas de cable viven más despreocupadas. Con otro método de financiación, que no depende de los ingresos publicitarios sino de las tarifas de suscripción, canales como HBO, Showtime o AMC pueden optar por temáticas más arriesgadas para sus proyectos, sin necesidad de arrastrar con ellos grandes audiencias. Por ejemplo, «The Wire», de la HBO, tenía poco más de un millón de espectadores en cada episodio, mientras que «Mujeres Desesperadas», de la ABC, ha llegado a tener en algunos momentos más de 20 por capítulo.
Cuando otros se están destrozando la cabeza para crear series rentables con poco dinero y una trama que enganche a un público masivo, Showtime se puede deleitar en desarrollar la nueva temporada de «Dexter» (la historia de un policía que es psicópata por la noche) o de «United States of Tara» (centrada en una mujer con trastornos de personalidad), HBO despliega su arsenal de sexo y sangre con «True Blood» y AMC cuenta la historia de un profesor que, ante la muerte y por amor a su familia, trafica con droga en «Breaking Bad».
En el caso de las cadenas de cable, los productores no esperan nerviosos y expectantes los datos de audiencia al día siguiente. Mientras, en otros despachos, unos señores encorbatados (y no precisamente los de «Mad Men») temen ese momento y se devanean los sesos para encontrar la fórmula del éxito, en un momento en el que hay poco dinero para invertir y una audiencia muy exigente.

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