Fuente: Silicon News.
Perfil en Facebook... y perfil abierto. Anna Chapman ha sido acusada  por las autoridades estadounidenses de no ser una tranquila ciudadana  estadounidense... sino una fría espía rusa que trabaja en la oscuridad  de las nuevas tecnologías para el Gobierno ruso.
Según las  autoridades estadounidenses, diez personas formaban parte de una red de  espionaje que valiéndose de técnicas tan añejas como la tinta invisible y  tan modernas como las redes de equipos vía WiFi filtraban secretos de  estado (al parecer no muy increíbles) a las autoridades rusas. Según  Rusia... Nada que decir.
Espía o no, el perfil abierto de  Anna Chapman ha hecho las delicias de los medios, que la han apodado la  nueva mujer fatal del espionaje y que han explotado hasta la  saciedad sus fotografías de perfil.
Tanto, que si ahora se accede  al perfil de Chapman la privacidad del contenido es máxima. En el  camino, ya ha conseguido una fotogalería en Business Insider,  miles de comentarios sobre su glamuroso aspecto, y según publicaba en su  momento Reuters, una avalancha de mensajes de apoyo en su  muro, tanto como para la agencia de noticias hablase de un apoyo a lo  Guerra Fría... pero en las menos frías paredes de Facebook.
La  presencia 2.0 de Anna Chapman no se limita a Facebook. Chapman  también tiene una cuenta en LinkedIn, en la que se puede  conocer su tapadera bastante a su vez 2.0. La supuesta espía aseguraba  ser la fundadora de un buscador inmobiliario para hablantes de ruso.
Los  pecados sociales de la supuesta espía Chapman son los más conocidos,  aunque no los únicos. Su supuesto colega en el arte del  espionaje Mikhail Semenko también cuenta con un perfil en Facebook,  del que los medios ya han extraído las consecuentes imágenes, y otro en  LinkedIn.
 
 
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