Fuente: 20minutos.
¿Cómo se las arregló Leonardo da Vinci para conseguir pintar unas caras tan perfectas? Por vez primera, se han realizado análisis químicos cuantitativos de siete pinturas del artista presentes en el Museo del Louvre de París (incluida la Mona Lisa), para tratar de desvelar este misterio, según publica Tendencias 21.
Los análisis fueron realizados sin extraer ninguna muestra de los cuadros, con un espectrómetro de fluorescencia con el que se evaluó el grosor de cada una de las capas de pintura de las obras, así como la composición química de dichas capas.
De esta forma, se reveló que da Vinci utilizó diversas mezclas de pintura para conseguir las sombras de sus imágenes, combinando esmaltes, pigmentos y aditivos, como óxido de manganeso o cobre. Asimismo, el estudio ha demostrado que el pintor aplicaba distintos grosores de barniz, en capas de entre uno y dos micrómetros, con el fin de lograr los matices deseados.
Las pinturas de Leonardo da Vinci han fascinado desde siempre a los expertos por la amplia gama de efectos ópticos sutiles que presentan. El más conocido de ellos es el sfumato, un efecto vaporoso que el artista creó superponiendo varias capas de pintura extremadamente delicadas, con el fin de generar contornos imprecisos, así como un aspecto de vaguedad y lejanía.
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