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2010/06/09

El animal más inteligente del planeta es... ¿un loro?

Fuente: ABC.

Si como nosotros, hasta hace un momento, pensabas que los chimpancés, los delfines o los elefantes eran los animales que más se acercaban al poder de raciocinio del ser humano, estás bastante equivocado. Los científicos están realmente impresionados con las habilidades mentales y sociales del kea, un ave de la familia de los loros que habita en las regiones montañosas de Nueva Zelanda y que ha demostrado tener la capacidad de aprender y actuar en equipo, como ningún otro animal. Para que te hagas una idea, su cociente intelectual es superior al de los simpáticos chimpancés.
Para muestra, un botón. El vídeo que acompaña estas líneas corresponde a un reportaje emitido por el canal Odisea y en él podemos comprobar como este animal es capaz de superar todo tipo de complejas pruebas que certifican su ingenio, capacidad de aprendizaje, deducción, creación de mapas mentales y trabajo en equipo, por encima del tradicional sistema animal para la resolución de problemas (prueba-error).
Con unos amigos tan inquietos y superdotados, los cuidadores de los zoológicos y centros de investigación que tienen algún ejemplar en sus jaulas, tratan de reducir su aburrimiento y frustración con curiosos y complicados rompecabezas que casi siempre terminan resolviendo. Pero, ¿qué ocurre si hay algún problema al que no consiguen dar solución individualmente? Tal y como refleja el vídeo, los keas echan mano a su instinto de cooperación. ¿Alucinante verdad?
Para terminar, estos loritos no se conforman con ser los más solidarios y listos de la clase, sino que les encanta divertirse y hacer payasadas. El ruido que hacen con las garras al arañar el metal les suena a música celestial. Les gusta tanto, que chillan de alegría mientras bajan. Entonces, batiendo las alas, trepan con dificultad hasta el punto de partida y repiten el ruidoso ritual. Sin embargo, para unos amantes de la diversión como los keas, hasta este juego puede llegar a ser aburrido, así que enseguida idean otra forma de entretenerse. Dejan caer piedras por el techo y bajan tras ellas emitiendo agudos gritos. Para ver la reacción de los ocupantes del refugio, se cuelgan cabeza abajo y miran por la ventana. Parecen esperar que los cansados excursionistas disfruten del espectáculo. En fin, que si alguna vez nos cruzamos con algunos de ellos, mucho cuidado, que puede ser más listo que nosotros.

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