Fuente: Pueblo en Linea.
Investigadores brasileños desarrollaron un incinerador de animales muertos y de material orgánico, el cual reduce la contaminación generada por estos residuos y genera un fertilizante rico en nutrientes orgánicos.
El incinerador de mediano porte fue construido por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa, en protugués), en asociación con técnicos de la empresa privada Perozin Industria Metalúrgica, informó el día 27 la entidad estatal brasileña.
El equipo cumple los requisitos exigidos por las autoridades ambientales sobre el destino de animales muertos e incinera residuos orgánicos con seguridad sanitaria, sin generar olores o partículas contaminantes.
El aparato, construido a partir de un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, consta de una base metálica con revestimiento interno refractario en sus dos cámaras de combustión.
La primera cámara está destinada a la incineración de los residuos y la segunda a la combustión de los efluentes gaseosos y de las partículas que se originan en el primer proceso.
Esta combustión es alimentada con una combinación de aire y de gas combustible.
El incinerador, con capacidad para quemar hasta 60 kilogramos de materia orgánica por hora, tiene como principal objetivo la reducción de los impactos ambientales generados por los procesos de descomposición de materia orgánica.
Los restos de animales no tratados pueden contaminar no sólo el aire, sino también el suelo y las aguas.
El aparato también evita la proliferación de enfermedades contagiosas al eliminar un material que constituye una amenaza biológica.
Además de reducir significativamente los impactos ambientales, la tecnología genera unas cenizas estériles ricas en nutrientes y que pueden ser usadas como fertilizantes agrícolas.
El equipo tiene un mercado significativo, al ofrecerse a municipios con servicio para la recolección de restos de animales domésticos, fábricas de harinas de origen animal, frigoríficos, clínicas veterinarias, puestos de fiscalización sanitaria en puertos y aeropuertos, propiedades rurales, hospitales, laboratorios y productores de carnes.
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