La NASA se acerca cada día, un poco más, al caos. Mientras los nuevos planes trazados por Barack Obama esperan su complicada aprobación en el Congreso, la agencia sigue adelante con proyectos antiguos que el presidente de EEUU quiere eliminar.
La semana pasada, la NASA probó con éxito un sistema de seguridad de las cápsulas Orión, que deberían llevar astronautas a la Luna en 2020 dentro del programa Constellation. Lo aprobó el anterior inquilino de la Casa Blanca y Obama quiere ahora acabar con él como parte del "audaz nuevo rumbo" que ha planeado para la agencia en los próximos 20 años. Mientras su propuesta no se apruebe en ambas cámaras, los planes antiguos deben seguir adelante por ley, con lo que la agencia se expone a gastar millones de dólares en sistemas que podrían no usarse jamás.
Entre tanto, siguen las críticas a los planes del presidente. "La propuesta no presenta retos, no está centrada; es un plan para no llegar a lugar alguno", señaló el miércoles el ex astronauta Gene Cernan, el último hombre que pisó la Luna. Cernan habló ante un comité del Senado en el que se discutieron los planes de Obama, que incluyen usar naves rusas y vehículos espaciales privados para alcanzar la Estación Espacial Internacional (ISS).
"Creo que al presidente le han aconsejado mal", espetó Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna en 1969. Ante él estaban John Holdren, el principal asesor científico de Obama, y Charles Bolden, director de la NASA. Holdren volvió a señalar que Constellation era insostenible y nunca llegaría a su objetivo de pisar la Luna a tiempo. "Estaba claro que era hora de apretar el botón de reinicio", señaló. Bolden defendió la colaboración con Rusia y dijo que los vehículos privados podrían estar listos en tres años. Cernan contestó que tardarán al menos una década.
El proyecto de Nelson requiere unos 726 millones de dólares más de lo previsto (558 millones de euros) en un año en el que la crisis ha obligado a aprestarse el cinturón. Otro informe realizado por el National Research Council alertaba el martes de que la agencia necesita invertir 2.400 millones de dólares (unos 1.800 millones de euros) para rehabilitar sus laboratorios, que están en una situación crítica debido a la falta de dinero. Otra de las grandes apuestas de Obama, un giro hacia la investigación básica, podría no ser posible sin una mayor inversión ya que, según el trabajo, la escasez presupuestaria "pone en peligro que la NASA pueda cumplir sus planes de futuro".
La semana pasada, la NASA probó con éxito un sistema de seguridad de las cápsulas Orión, que deberían llevar astronautas a la Luna en 2020 dentro del programa Constellation. Lo aprobó el anterior inquilino de la Casa Blanca y Obama quiere ahora acabar con él como parte del "audaz nuevo rumbo" que ha planeado para la agencia en los próximos 20 años. Mientras su propuesta no se apruebe en ambas cámaras, los planes antiguos deben seguir adelante por ley, con lo que la agencia se expone a gastar millones de dólares en sistemas que podrían no usarse jamás.
Entre tanto, siguen las críticas a los planes del presidente. "La propuesta no presenta retos, no está centrada; es un plan para no llegar a lugar alguno", señaló el miércoles el ex astronauta Gene Cernan, el último hombre que pisó la Luna. Cernan habló ante un comité del Senado en el que se discutieron los planes de Obama, que incluyen usar naves rusas y vehículos espaciales privados para alcanzar la Estación Espacial Internacional (ISS).
"Creo que al presidente le han aconsejado mal", espetó Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna en 1969. Ante él estaban John Holdren, el principal asesor científico de Obama, y Charles Bolden, director de la NASA. Holdren volvió a señalar que Constellation era insostenible y nunca llegaría a su objetivo de pisar la Luna a tiempo. "Estaba claro que era hora de apretar el botón de reinicio", señaló. Bolden defendió la colaboración con Rusia y dijo que los vehículos privados podrían estar listos en tres años. Cernan contestó que tardarán al menos una década.
Quejas demócratas
Otro ex astronauta de las filas de Obama lidera un proyecto para dar marcha atrás al plan del presidente. Se trata del senador demócrata Bill Nelson, que va a proponer conservar los cohetes Ares, cuya construcción fue aprobada como pilar del Constellation. Se convertirían ahora en el primer prototipo de vehículo pesado para llegar más allá de la ISS a partir de 2020. La propuesta, que según Nelson ahorraría cientos de despidos, cuenta ya con el apoyo de otros senadores republicanos. De salir adelante, supondría una nueva renuncia del presidente a trazar un plan nuevo. El mes pasado ya se vio obligado a conservar las cápsulas Orión como vehículo de emergencia.El proyecto de Nelson requiere unos 726 millones de dólares más de lo previsto (558 millones de euros) en un año en el que la crisis ha obligado a aprestarse el cinturón. Otro informe realizado por el National Research Council alertaba el martes de que la agencia necesita invertir 2.400 millones de dólares (unos 1.800 millones de euros) para rehabilitar sus laboratorios, que están en una situación crítica debido a la falta de dinero. Otra de las grandes apuestas de Obama, un giro hacia la investigación básica, podría no ser posible sin una mayor inversión ya que, según el trabajo, la escasez presupuestaria "pone en peligro que la NASA pueda cumplir sus planes de futuro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario