Fuente: Libertad Digital.
Ben Brown y Micki Krimmel trabajan en un edificio situado en el mismo callejón donde el equipo de Michael Bay rodaba una escena de Transformers 3. El asunto les parecía muy emocionante, de modo que agarraron sus iPhone y grabaron pequeños vídeos en los que se veía la escena que rodaban e incluso se oía gritar al director. Como buenos usuarios conectados, luego los subieron a YouTube.
Al poco, Ben Brown recibió un aviso de que la Paramount, estudio que rueda la película, había presentado una reclamación contra él por haber violado sus derechos de autor. La ley norteamericana dicta que un sitio web no es responsable de las posibles violaciones de copyright que cometan sus usuarios siempre y cuando retire inmediatamente todos los contenidos sobre los que haya una reclamación, de modo que YouTube quitó su vídeo. El que grabó Mick Krimmel, que había recibido menos atención, sigue disponible.
Esta reclamación supone, sin duda, una innovación: se estarían violando los derechos de autor de una obra que aún no ha sido terminada. Y todo por grabar la calle debajo de tu oficina.
Se da el caso de que la Paramount es propiedad de Viacom, una empresa que ha denunciado a Google por tener vídeos de su propiedad en YouTube, demanda a la que el gigante de internet ha contestado indicando que mientras mantiene esta denuncia y elimina vídeos de YouTube subidos por sus fans, Viacom ha ordenado a empleados suyos acudir a cibercafés a subir vídeos de la empresa para promocionar programas como The Daily Show y The Colbert Report.
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