Un artículo editorial de The New York Times revela una situación curiosa: la telefonía móvil en Japón es la más avanzada en todo el mundo. Tanto, que sus terminales son incapaces de ser de utilidad en el resto del mercado mundial.
La realidad es aplastante: sus teléfonos móviles ya tenían acceso al correo electrónico en 1999, ya disponían de cámaras digitales en 2000, soportaban redes 3G en 2001, descargas de música en 2002, pagos electrónicos en 2004 y televisión digital en 2005.
Ese adelanto a la telefonía móvil respecto al resto del mundo ha provocado que Japón se convierta en una especie de Islas Galápagos en las que sus especies (móviles) están mucho más evolucionados. Eso representa un problema para que los fabricantes japoneses se posicionen en otros mercados, pero algunos creen que aún es posible expandir sus fronteras.
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