Buscar

2009/01/07

Barak tiene que usar Google

Fuente: Milenio.com.

En noviembre de 2006 la agencia Bloomberg publicó un interesante artículo sobre David Rubin y su firma CDR Financial Products. Fundada en 1986 CDR dio consejos en transacciones por más de 158 mil millones de dólares, en general para que las municipalidades invirtieran los ingresos de las ventas de sus bonos en los “sofisticados” instrumentos financieros que la crisis actual envió al basurero. Y el International Herald Tribune consagraba, en octubre de 2006, otro interesante artículo —donde CDR ocupa un buen lugar— sobre manejos dudosos con bonos municipales. Ya en esa época Rubin era investigado por el temido IRS, el recaudador de impuestos que puso a Al Capone en prisión. Y el artículo del 2006 detalla los lucrativos negocios de Rubin en Nuevo México, con las donaciones recibidas por el gobernador Bill Richardson y las sospechas de que fueron en retribución a jugosos contratos que el FBI y un Gran Jurado están investigando actualmente.

El Presidente electo Barack Obama no necesitaba, a dos semanas de su entrada en la Casa Blanca, otro percance más. Le bastaba con el escándalo por fascículos que le pasó de refilón el gobernador demócrata de Illinois, Rod Blagojevich, al buscar vender bajo la formula “pay-to-play” el puesto de senador que Obama dejó vacante.

Bill Richardson tiene una válida hoja de ruta en el Congreso, en el Ejecutivo y como embajador ante la ONU. Y aspectos de su gestión en Nuevo México, como en la educación, han recibido muchos elogios. Lo malo para Richardson, quien insiste que el Gran Jurado lo limpiará de toda sospecha, es que este asunto con David Rubin es como un eco a las alegaciones de “pay-to-play” contra su colega Blagojevich, como dice el Christian Science Monitor. Julian Zelizer, profesor de historia y asuntos públicos de la universidad Princeton, dice que cada transición tiene sus contratiempos, que Obama dispone de un margen de maniobra y que lo importante ahora es que encuentre un “reemplazo apasionante”. O sea, alguien que haga olvidar este percance.

La corrupción es un virus contra el cual ambos partidos políticos estadunidenses, Demócrata y Republicano, nunca se vacunaron. Ese virus mutó a la forma de cabildeos, donaciones a cambio de favores, comisiones o nombramientos, el “pay-to-play”. Pero lo increíble es que en un equipo de transición presidencial tan sofisticado como el de Obama nadie haya ido a Google para consultar lo que desde hace años se decía a propósito de Bill Richardson y David Rubin. Seguro que lo harán para reemplazar a Richardson.

No hay comentarios: