Fuente: El Pais.
A finales de 2008 la prestigiosa web tecnológica Arstechnica aseguraba que la computación en la nube, aplicaciones que funcionan directamente desde la red, era una de las tendencias confirmadas durante el año. Ahora parece que la música sigue el mismo camino, y deja de ser descargada para ser escuchada desde Internet.
En un artículo publicado por el diario inglés The Guardian asegura que a medida que la conectividad se desarrolle y la posibilidad de disfrutar de la música con un clic crezca, descargar archivos será pronto algo tan arcaico como grabar cassettes.
Mark Mulligan, analista de la industria musical, señala en el artículo que el modelo de pago-por-descarga no ha sido capaz de cumplir las expectativas: no ha compensado las pérdidas en los CD y no ha podido con la piratería.
Ni siquiera el éxito del iPod ha conseguido animar las ventas online; el 83% de sus usuarios europeos no suelen comprar música digital, y cada vez son más los que prefieren consumir música en streaming. "Los jóvenes piensan en YouTube y MySpace como los lugares donde oír música al instante, y los nuevos dispositivos son capaces de ofrecer acceso a lugares como Pandora o Last.fm, que funcionan como radios personalizadas" afirma Eliot Van Burskik, de Wired.
Desde Last.fm creen que cada vez es más importante el acceso y menos la propiedad. La clave parece estar en el coste: si el acceso es gratuito, no hace falta descargar, ni legal ni ilegalmente. Con un modelo pagado por los anuncios online, las páginas web que ofrecen música vía streaming se convertirían en la pesadilla de los compartidores de archivos.
"Las descargas no van a desaparecer, como tampoco lo hizo el vinilo, pero en los próximos años sospecho que un porcentaje significativo de fans elegirán oír música desde la nube", señala Van Burskik.
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