En siete años Twitter ha dado para mucho. Entre otras cosas para trasladar el estudio de género a los 140 caracteres. Tres investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia y la Universidad de Stanford, analizaron los tuits de 14.000 usuarios para buscar patrones que definieran si el autor era hombre o mujer. Y los encontraron.
Las conclusiones no fueron excesivamente sorprendentes. Hay más mujeres que hombres que tuitean sobre su estado de ánimo. Palabras como amor, triste, contenta, enferma, orgullosa, feliz, asustada, enojada, excitada y celosa son marcadores femeninos, según este estudio. Ellas, además utilizan más emoticonos, incluso se han apropiado de algunos símbolos que previamente eran neutros en cuestión de género, como :): D o ;).
En cuanto a los nombres que designan familiares la mayoría se asocian con autoras: mamá, madre, hermana, hermanas, hija, tía, tía, abuela, niños, papá, marido. Sólo esposa y hermano tienen más prevalencia en los hombres.
No sólo en la elección de las palabras se distinguen ambos géneros, también en su uso. Las mujeres tienden a alargar las palabras para expresar su sorpresa, alegría o indignación. Un si, se convierte en ¡¡¡¡siiiiiiii!!!!!. También utilizan mucho los signos de interrogación o exclamación y utilizan sonidos y onomatopeyas para dar más fuerza a sus mensajes. En definitiva: ellas tienden a ser más expresivas en Twitter.
Pero si un tuit tiene muchos números es probable que pertenezca a un hombre. Ellos son más directos, prefieren dar información a sugerirla. Lo más probable además, es que si hay números estos expresen un resultado deportivo. Ellos son más dados a utilizar palabrotas. Según los autores, ellas rechazan el uso de palabrotas —a pesar de su carga significtiva— porque mostrar cercanía a lo que se conoce como “lengua estándar” les da más prestigio.
Además, según el círculo del tuitero estos estereotipos se repetirán más o no. Si un hombre tiene más seguidores de su mismo sexo, el uso de un lenguaje informativo y las referencias a palabras malsonantes aparecerán más a menudo. Lo mismo con las mujeres.
Pero el estudio advierte que la perspectiva de género es por si sola incapaz de explicar el perfil del tuitero. Influyen más factores, como la clase social y cultural o la ciudad de nacimiento. Lo que parece seguro es que hasta en la microcomunicación que propone Twitter, los hombres y las mujeres terminan por mostrar sus señas de identidad.
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