España aguanta la crisis económica, el desempleo, pero lo que no puede aguantar es la falta de fútbol. La huelga de futbolistas sin sueldos que frena el comienzo de la Liga de las Estrellas está afectando a cientos de negocios que dependen de este motor de la economía y, sobre todo, a sus ansiosos seguidores.
Aficiones Unidas, que reúne a 43 federaciones de Peñas (asociaciones), reclama con urgencia que ruede la pelota.La Federación de Peñas del Valladolid ha propuesto además una huelga de aficionados porque se consideran los principales perjudicados del parón futbolístico.
Y es que por estos días España parece otro país. Los bulliciosos bares y restaurantes donde la gente suele reunirse a ver los juegos lucen diezmados o intentan enganchar clientes con partidos de la UEFA o de la Premiere League. Incluso la televisión sufre de ausencia de fútbol.
Partidos, repeticiones y los interminables resúmenes deportivos han sido cambiados por películas trasnochadas o documentales.
Sin la "terapia"
Sin fútbol también desaparece otro de los deportes preferidos por los hinchas: jugar a La Quiniela, la apuesta en la que se señalan los posibles resultados de la jornada de liga y que desde que comenzó la huelga deja de percibir unos US$11 millones por fecha no jugada.La liga española mueve unos US$13.000 millones al año y crea unos 85.000 empleos directos e indirectos. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas más de la mitad de la población española se considera seguidora de fútbol.
"La vida es muy aburrida sin fútbol. Yo veo todos los resúmenes en la tele, compro los periódicos deportivos y voy al estadio. Para mí es una terapia y una fiesta: grito, disfruto y me relajo del trabajo. Además veo a mis amigos. Ahora siento un vacío muy grande", detalla a BBC Mundo Fernando Vargas, seguidor del Valencia.
La madrileña Elena Bustamante opina lo contrario: "El fútbol ya no es un deporte, es un espectáculo sobredimensionado. Que un sector que mueve tanto dinero se paralice es preocupante para una economía en crisis pero sinceramente no lo echo de menos. Hay vida más allá del fútbol".
Crisis anunciada
La crisis del fútbol español se veía venir: una deuda de US$5.200 millones, 30 clubes al borde de la quiebra y más de 200 jugadores de primera y segunda división que no cobran durante meses."El fútbol es el reflejo de la economía española. Tenemos los mismos problemas: hemos gastado más de lo que ingresamos, hemos comprado mucho y muy caro y nos hemos endeudado en demasía. El resultado es un cóctel explosivo", le explica a BBC Mundo José María Gay, profesor de economía de la Universidad de Barcelona y experto en las finanzas del fútbol español.
Una posible tabla de salvación, apunta el experto, son los derechos televisivos. A diferencia de otras ligas donde se negocian en conjunto los millonarios derechos de transmisión, el Barcelona y el Real Madrid lo hacen por su cuenta.
En ese contexto se ha convocado la huelga de futbolistas, apoyada por jugadores del Barca y el Madrid. Mientras se define un nuevo convenio y se llega a un compromiso para pagar los sueldos, los estadios siguen vacíos.
"Todo lo que gira alrededor de un estadio se resiente: hoteles, restaurantes, tiendas, transporte. Ahora bien, las consecuencias no sólo son económicas. El fútbol no deja de ser el opio del pueblo, el pan diario, mucho más en una crisis. Si las negociaciones se prolongan no me extrañaría que hubiese algún desorden social", subraya Gay.
En la Peña madridista Pineda de Mar resumen la situación con una lacónica frase: "No creo que podamos aguantar muchas semanas sin fútbol". En su sede los socios, que han estado esperando con ansia el comienzo de la liga, espantan el aburrimiento con cervezas y repeticiones de partidos del pasado Mundial de Fútbol, cuando España se coronó campeona.
"Creo que la mayoría de la gente apoya la huelga de los futbolistas pero no por mucho tiempo. Necesitamos que empiecen a jugar. Esto es como una enfermedad", comenta a BBC Mundo Pepe Rido, miembro de la asociación.
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