Hoy, el paso de humanos a nado o sobre cualquier cosa flotante por el estrecho de Gibraltar es, desgraciadamente, el pan de cada día. Pero hace más de un millón de años, aquel viaje entre dos continentes era una proeza al alcance de muy pocos. Uno de ellos fue el babuino gigante, una especie de mono africano de unos 70 kilogramos que fue capaz de cruzar el estrecho y establecer una población en Cueva Victoria, Murcia, hace 1,1 millones de años.
Algunos investigadores, como Luis Gibert, de la Universidad de Barcelona, ven en este mono trotamundos la demostración de que el camino directo entre África y Europa existía y de que los primeros humanos también lo recorrieron.
La teoría es muy polémica. En los últimos años, las evidencias se han amontonado del lado de los que piensan que los primeros humanos, surgidos en África, habrían dado la vuelta entera al Mediterráneo durante cientos de miles de años, a través de Asia, hasta llegar a la península Ibérica, donde encontramos a los Homo antecessor viviendo en la sierra burgalesa de Atapuerca hace un millón de años.
Gibert, director de las excavaciones de Cueva Victoria, sostiene que los humanos cogieron el atajo. Y cree que tiene pruebas. En la actual campaña en la cueva murciana, su equipo ha desenterrado 150 restos fósiles de diferentes especies animales, incluidos elefantes, rinocerontes y linces. Y, de nuevo, ha aparecido una muela del babuino gigante (Theropithecus oswaldii). La primera se desenterró en 1994. Fue una sorpresa internacional, porque hasta entonces el babuino sólo se había encontrado en África. En las últimas dos campañas han aparecido otros tres molares. Gibert ya tiene cinco y cree que pertenecieron a cinco individuos diferentes.
"Ahora podemos hablar de una población importante de Theropithecus en Cueva Victoria", señala el investigador, que también ha descrito en el yacimiento murciano un puñado de "restos humanos más antiguos que los de Atapuerca", de una especie todavía sin definir.
"¿Por qué este mono africano está en España y no se ha hallado ni en Grecia, ni en Italia, ni en Francia? Pues probablemente porque cruzó el estrecho de Gibraltar. ¿Y por qué no pudo cruzar la humanidad con él?", se pregunta Gibert.
Arrastrado en una balsa
La hipótesis del investigador es que el babuino gigante pudo, por ejemplo, ser arrastrado mar adentro en una balsa natural por la avenida de un río. El Homo erectus, sostiene, hizo un camino similar hace más de un millón de años para llegar a la isla de Flores, en Indonesia.La paleoantropóloga María Martinón Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, defiende la hipótesis contraria, la del rodeo por Asia, cada vez más aceptada. Ha excavado tanto en Atapuerca como en Dmanisi (Georgia), los dos yacimientos clave en el presunto viaje del ser humano desde África hasta Europa a través de Asia.
"Hemos comparado los restos fósiles de 800.000 años encontrados en Marruecos y Argelia con los hallados en Atapuerca. Y no se parecen en nada. No hay una continuidad que respalde el paso por el estrecho", zanja. Como mucho, cree, el estrecho pudo ser "un lugar de paso esporádico, pero no suficiente para que se estableciera una población".
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