Han pasado exactamente diez meses desde que Google asombrara al mundo (una vez más) con una flota de automóviles capaces de conducir por sí mismos, sin mayor mediación humana que la planificación de una ruta.
Tal y como explicamos en aquella ocasión, estos coches utilizan videocámaras, sistemas de navegación y reconocimiento de señales, sensores de radar y tecnología láser, para detectar el tráfico a su alrededor, siendo capaces de recorrer todo tipo de vías y convivir con vehículos convencionales. Aquí pueden verlos en acción.
Desde entonces, estos revolucionarios vehículos automáticos especialmente adaptados por Google (Toyota Prius) se han probado en algunas regiones y ciudades de Estados Unidos como Mountain View, Santa Monica, Hollywood o San Francisco. Han acumulando cientos de miles de kilómetros e incluso en el estado de Nevada ha sido aprobada recientemente una ley para permitir su circulación no experimental.
Pero el impoluto curriculum de los «coches fantásticos» de Google ya tiene una mancha. La página Jalopnik se hacía eco de un accidente sufrido por uno de ellos hace tan solo unos días cerca del cuartel general de la compañía en Mountain View. Según las primeras informaciones, el siniestro tuvo lugar cuando el vehículo impactó a otro por detrás debido a un error del sistema de navegación.
Sin embargo, los responsables de la empresa no han tardado en desmentirlas, afirmando que el vehículo en realidad se encontraba en «modo manual» y que fue debido a un error humano. Probablemente sea la primera vez en la historia de la conducción de automóviles en que un humano está encantado de reconocer su error.
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