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2011/08/01

Crisis económica en EE.UU.: México busca evitar el contagio

Cada vez que en Estados Unidos suenan campanas de crisis, en el vecino del sur se repite la misma advertencia: "cuando EE.UU. estornuda, México contrae una pulmonía".
Y en mitad del debate sobre deuda nacional que mantiene en vilo a Washington, México se prepara ante el virus que pueda llegar.

Este jueves, el peso mexicano perdió un 0.56% de su valor, en parte debido a la tensión por las negociaciones entre la Casa Blanca y los republicanos en el Congreso, según los analistas.
clic Vea nuestra cobertura sobre la crisis de la deuda
Son solo un par de centavos. Y si bien los efectos de esa incertidumbre apenas se han notado en México, autoridades y expertos reconocen el riesgo que supondría para el país una situación de suspensión de pagos en EE.UU.. O incluso sin necesidad de declarar "default", el peligro para la economía mexicana de un recorte del gasto público en las cuentas de Barack Obama.
El propio presidente, Felipe Calderón, reconoció que "hay un riesgo de que la economía (mexicana) se vea impactada por posibles movimientos y desequilibrios de la economía de EE.UU.". Un punto en el que coincidió la dirección de la Bolsa Mexicana de Valores.
¿Pero, qué tan grande es ese riesgo? ¿Tanto como para que México sufra otra pulmonía? ¿Y cómo pretende el país enfrentarla?

Esperando el acuerdo

En México, las autoridades económicas confían en que los agrios debates en torno a la deuda estadounidense se salden con un acuerdo político.
"No creemos que EE.UU. vaya a declarar un incumplimiento de su deuda, podríamos observar un periodo de contención de gasto o venta de activos, pero la posibilidad de que incumpla en el pago de su deuda es bastante remota", le dice a BBC Mundo Miguel Messmacher, titular de la Unidad de Planeación Económica del gobierno de México.
Sin embargo, el límite de deuda de EE.UU. (US$14 billones) ya se alcanzó hace tres meses. Con o sin default, los planes de contingencia estadounidenses contemplan otras medidas que sí podrían afectar al otro lado de la frontera: venta de activos, reducción del gasto público...
Si esas medidas se mantienen en el largo plazo, no como una política coyuntural de un par de semanas, México podría recibir un revés de su principal socio comercial, explica el economista en jefe de la Secretaría de Hacienda.
"Si se debilita la recuperación económica en EE.UU., también se debilitaría el ritmo de nuestras exportaciones", dice Messmacher.

Comercio, turismo, remesas

"El ajuste en el gasto público en EE.UU. sin duda tendría en el corto plazo un efecto negativo en la tasa de crecimiento de esa economía, lo que impactaría a México a través del comercio exterior", coincide el analista Gustavo Esquivel.
Según le dice a BBC Mundo este economista del Colegio de México, un freno en las finanzas estadounidenses haría que en México la recuperación económica de la crisis de 2009 fuese más lenta de lo que ha sido hasta ahora.
"Una situación como esa afectaría a México en las exportaciones y el envío de remesas, además de su impacto en el turismo, en la Inversión Extranjera Directa y en la volatilidad cambiaria".
Sin embargo, dice Esquivel, "en el largo plazo el ajuste en el gasto público en EE.UU. es importante y necesario, ya que ello aseguraría la estabilidad en el largo plazo de la economía norteamericana".
Y con ella, también de la mexicana.

¿Un paciente preparado?

Este país está tan acostumbrado a enfermar por las crisis del norte que dice estar por fin preparado para resistir un posible contagio.
Si el esperado acuerdo en Washington no llega y el recorte del gasto público se convierte en la nueva política estadounidense, entonces México tendrá que echar mano de sus ahorros.
"Lo que hemos venido haciendo desde la crisis internacional de 2008 es incrementar el monto de las reservas internacionales de manera muy significativa: antes de la crisis teníamos US$85.000 millones, ahora tenemos US$133.000 millones", sostiene Messmacher.
Aunque el Banco (central) de México no revela la cantidad exacta de divisas estadounidenses que ha adquirido en los últimos meses, las autoridades aseguran haber diversificado sus reservas con otras divisas internacionales y con la compra de oro (en mayo, el Banxico compró un récord de 100 toneladas de este metal, por valor de US$4.500 millones).
Además, México, que sigue creciendo a un ritmo del 4% anual, dispone de una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional para hacer frente a una nueva crisis.
Pero para muchos analistas, esto no es suficiente para inmunizar al país.
"El país no está preparado en el sentido de que sigue estando muy estrechamente vinculado a EE.UU., lo cual hace que la economía mexicana sea relativamente vulnerable frente a una situación tan incierta como la actual", dice Esquivel.
"Y las compras de oro u otros activos son bastante pequeñas como para hablar de una diversificación real", apunta.
La última vez que EE.UU. estornudó fue a comienzos de 2008. El secretario de Hacienda (y hoy director del banco central) Agustín Carstens dijo entonces que México sólo sufriría un "catarrito".
Pero meses después llegaría una de las peores crisis económicas que México vivió en siete décadas. Más que un catarro, fue una auténtica pulmonía.
Por eso, y aunque confíen en que las disputas sobre la deuda de EE.UU. quedarán en un susto, las autoridades mexicanas miran de reojo a lo que pase en el Capitolio. Por si acaso.

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