Una nube negra y un chaparrón de tarde pueden dar al traste con los planes de verano, pero si alguien decidiera pasar sus vacaciones en Cherrapunji, en el noreste de India, tendría que estar mentalizado para sufrir una jornada lluviosa tras otra. En el mes de julio, sólo dejó de llover un día, y en los primeros 11 se acumularon más de 600 litros de agua por metro cuadrado. Y es que esta localidad posee uno de los récords meteorológicos más curiosos del mundo: está considerada como la ciudad más lluviosa de la Tierra, puesto que las precipitaciones consiguen acumular hasta 12.000 litros por metro cuadrado anualmente. Madrid recoge unos 450 litros, Barcelona, 640 y A Coruña, 1.008, en el mismo periodo.
La descomunal cifra de Cherrapunji tiene todavía más mérito si se tiene en cuenta que se recoge únicamente en ocho meses, desde marzo hasta octubre, el periodo que dura el monzón en el subcontinente indio. A 1.454 metros de altitud y a las faldas de la cordillera del Himalaya, Cherrapunji consiguió su reconocimiento en 1974, cuando acumuló la extraordinaria cantidad de 24.555,3 l/m2.
Durante este año 2011, no se puede hablar de sequía, pero sí de una notabilísima reducción en las cantidades de lluvia respecto a la media de los últimos 30 años. Seis de los últimos siete meses han sido más secos que la media, como por ejemplo, julio, cuando deberían haber acumulado 3.141 l/m2, pero a duras penas se han registrado 1.369 l/m2.
La geografía particular de Cherrapunji está detrás de estas extraordinarias cantidades de precipitación, puesto que queda envuelta por las montañas Khasi, que se extienden de Oeste a Este. Esta barrera geográfica se convierte en un muro contra el que chocan perpendicularmente las nubes cargadas de humedad, que viajan unos 400 kilómetros desde la bahía de Bangladesh. En su viaje hacia el Norte, las masas de nubes circulan a través de valles que se van estrechando y que actúan como embudos, exprimiendo la nubosidad. Según el meteorólogo P. K. Das, del Servicio Meteorológico Nacional de India, "el movimiento nocturno del aire en las capas altas de la atmósfera desde la cordillera del Himalaya hacia el sureste se mezcla con las nubes ascendentes del monzón". De esta forma, la probabilidad de precipitación siempre es mayor a últimas horas de la jornada.
La población de Cherrapunji, que se ve obligada a interrumpir las actividades relacionadas con la agricultura o la construcción y reparación de sus casas durante la época del monzón, asegura que la humedad que contiene la atmósfera es tan elevada que incluso se condensa en forma de pequeñísimas gotitas en el pelo, las pestañas o el bigote de los casi 15.0000 ciudadanos de esta localidad.
La descomunal cifra de Cherrapunji tiene todavía más mérito si se tiene en cuenta que se recoge únicamente en ocho meses, desde marzo hasta octubre, el periodo que dura el monzón en el subcontinente indio. A 1.454 metros de altitud y a las faldas de la cordillera del Himalaya, Cherrapunji consiguió su reconocimiento en 1974, cuando acumuló la extraordinaria cantidad de 24.555,3 l/m2.
Durante este año 2011, no se puede hablar de sequía, pero sí de una notabilísima reducción en las cantidades de lluvia respecto a la media de los últimos 30 años. Seis de los últimos siete meses han sido más secos que la media, como por ejemplo, julio, cuando deberían haber acumulado 3.141 l/m2, pero a duras penas se han registrado 1.369 l/m2.
La geografía particular de Cherrapunji está detrás de estas extraordinarias cantidades de precipitación, puesto que queda envuelta por las montañas Khasi, que se extienden de Oeste a Este. Esta barrera geográfica se convierte en un muro contra el que chocan perpendicularmente las nubes cargadas de humedad, que viajan unos 400 kilómetros desde la bahía de Bangladesh. En su viaje hacia el Norte, las masas de nubes circulan a través de valles que se van estrechando y que actúan como embudos, exprimiendo la nubosidad. Según el meteorólogo P. K. Das, del Servicio Meteorológico Nacional de India, "el movimiento nocturno del aire en las capas altas de la atmósfera desde la cordillera del Himalaya hacia el sureste se mezcla con las nubes ascendentes del monzón". De esta forma, la probabilidad de precipitación siempre es mayor a últimas horas de la jornada.
La población de Cherrapunji, que se ve obligada a interrumpir las actividades relacionadas con la agricultura o la construcción y reparación de sus casas durante la época del monzón, asegura que la humedad que contiene la atmósfera es tan elevada que incluso se condensa en forma de pequeñísimas gotitas en el pelo, las pestañas o el bigote de los casi 15.0000 ciudadanos de esta localidad.
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