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2011/05/09

Un plató en el hospital

Hace unas semanas, el aeropuerto de Nueva Orleans quedó paralizado por un horrible descubrimiento. Durante un control rutinario, un agente de seguridad solicitó a Jane Kleinman, una pasajera que acababa de aterrizar, que le mostrase su equipaje para realizar un breve registro. Al revisar las pertenencias de Kleinman, el oficial se quedó blanco. La mujer portaba un maleta llena de miembros humanos: brazos, cabezas e incluso el cuerpo de un bebé. Inmediatamente, los oficiales pensaron que tras la elegante y aparentemente inofensiva apariencia de esta californiana de mediana edad se escondía una peligrosa y sanguinaria asesina en serie. Decidieron ponerla bajo custodia pero Kleinman, lejos de asustarse, sonrió. No era la primera vez que la Policía confundía los prototipos realistas que fabrica su compañía, SimuREAL, con partes del cuerpo.
Esta doctora con más de tres décadas de experiencia en la formación de profesionales médicos ya había sido detenida con anterioridad en los aeropuertos de Los Ángeles y Phoenix (Arizona). Una vez más, de manera involuntaria, sus creaciones habían pasado el mejor de los test de calidad: engañar al mismísimo departamento de Seguridad Nacional. Kleinman explica que, de repente, se vio rodeada "de un montón de agentes federales que pistola en mano trataban de acordonar el área" y jura que "aunque parezca un guión de cine, es una historia absolutamente real".
Lo que sí tiene mucho de cinematográfico es cómo esos restos casi humanos acabaron en su maleta. La responsable de la instrucción de médicos y enfermeras en el Hospital de Loma Linda, situado en el peligroso barrio del Este de Los Ángeles, llevaba años acumulando frustración al ver cómo los maniquíes que distribuyen los proveedores de servicios sanitarios a hospitales y centros universitarios se parecen más a las herramientas de un sastre que a un ser humano. Esta falta de realismo convertía en misión imposible el enseñar al personal solitario a enfrentarse a situaciones complicadas y poco comunes. "La mayoría de la gente no sabe que muchas enfermeras se producen lesiones tratando de mover a personas obesas", asegura Kleinman, a quien la solución a este problema se le ocurrió viendo la película Amor Ciego (2001). En ella, los disparatados hermanos Farrelly convertían a la delicada Gwyneth Paltrow en una mujer con sobrepeso gracias a un traje de látex.
Kleinman decidió ponerse en contacto con Tony Gardner, responsable del desproporcionado aumento de peso de Paltrow, y uno de los más respetados profesionales de efectos especiales de Hollywood, con más de 120 títulos a sus espaldas. Gardner acababa de tener un grave problema con la Policía por el hiperrealismo de sus diseños, así que, en ese momento, declinó la oferta. Durante el rodaje de Tres Reyes (1999), el director de la película, David O. Russell, le pidió que diseñase un cuerpo humano lo más realista posible para rodar en cámara superlenta la trayectoria que seguiría una bala atravesando su interior.
"El resultado fue tan satisfactorio que la Policía de Arizona y el FBI llegaron a la conclusión que habíamos rodado la escena con el cadáver de un sin techo y abrieron una investigación queduró varios meses", recuerda entre risas.
Una década después, el especialista en efectos especiales que se inició en la profesión diseñando el maquillaje para el vídeo de Thriller, de Michael Jackson, se enfrento de nuevo a una situación similar. A mediados de 2009, Danny Boyle se presentó en la oficina de su compañía, Alterian Inc., para pedirle que fabricase un brazo "real" para que James Franco, protagonista de 127 Horas, se lo amputase de la manera más cruda frente a la cámara.

Salvando vidas

Gardner tardó siete meses en diseñar la extremidad, pero su trabajo tuvo recompensa al ver cómo miles de espectadores pasaban un mal rato en las salas de cine. En una de esas butacas estaba Jane Kleinman, que volvió a contactar con el técnico de Hollywood. Esta vez, empujado por sus hijos, Gardner aceptó el reto.
"Es increíble que un tipo como yo, que proviene de la industria del cine, pueda contribuir a ayudar a las personas del mundo real en situaciones de vida o muerte", confiesa Gardner algo abrumado, para quién su participación en SimuREAL "no es una cuestión de dinero, sino de hacer algo que realmente valga la pena y marcar diferencias en la formación de médicos y enfermeras".
Por ello, el primer objetivo del tándem Kleinman-Gardner ha sido mejorar la asistencia a los recién nacidos, los pacientes más difíciles y delicados. Durante su etapa en el rodaje de la serie Urgencias, Gardner diseñó varios muñecos de bebés. El resultado es sorprendente. Fetal DesmiseSIM, fabricado con caucho de silicona, tiene el color, el peso e incluso el tacto de la piel de un recién nacido real.
Por poco más de 800 dólares, hospitales y centros de formación pueden hacerse con estos muñecos que, además, vienen con un kit con el que los aspirantes a médicos pueden diagnosticar y tratar patologías como espina bífida, fisuras en el paladar o gastrosquisis, una malformación congénita que lleva a los niños a nacer con los intestinos por fuera del cuerpo. "Estos maniquíes permiten realizar todos los tratamientos necesarios", asegura su creador.
Tras el éxito del Fetal DesmiseSIM, del que ya se han distribuído miles de unidades, el siguiente paso de SimuREAL será incluir movimiento en sus prototipos para convertirlos en pacientes humanoides. Además, la compañía también está desarrollando un molde de adulto completo, en el que se incluirán "el pelo, los dientes y todas las funciones vitales del ser humano". Para ello, trabaja codo con codo con forenses y expertos en anatomía de Japón, China, Brasil y Estados Unidos.
De momento, ya han diseñado un buen número de cabezas intercambiables para todo tipo de enfermos, desde un indefenso anciano a un peligroso pandillero lleno de tatuajes. Y, es que, como resume Gardner, "hasta ahora el mayor problema de los profesionales médicos cuando inician su carrera es que se sienten intimidados por suspacientes".

Películas en tres dimensiones de las células

Los efectos especiales no son la única tecnología de Hollywood para la ciencia. El software utilizado en películas como ‘Toy Story 3' ha sido adoptado por científicos para reproducir los comportamientos de las moléculas y explicar su interacción. Utilizando esta tecnología, Janet Iwasa, experta de la Harvard Medical School de Boston, ha conseguido plasmar los comportamientos de las moléculas en tres dimensiones. Un proceso muy valioso ya que "el avance de las investigaciones a menudo se produce después de ver cómo una animación puede demostrar una hipótesis", dice Iwasa.

Publico

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