El gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, planea facilitar a las fuerzas de seguridad la vigilancia de los usuarios de Internet, según informan hoy varios medios norteamericanos.
Según estos medios, el FBI podrá consultar sin autorización judicial las páginas web visitadas por un usuario, la identidad de los destinatarios de sus correos electrónicos y el lugar desde donde los mensajes fueron enviados y recibidos. Sin embargo, el contenido de los correos seguirá estando protegido.
El periódico The New York Times consideró que la solicitud extendida del gobierno al Congreso para cambiar la ley es "un innecesario y decepcionante paso atrás".
Muchas empresas proveedoras de acceso a Internet se niegan a entregar estos datos al FBI, pues alegan que la legislación no es suficientemente clara. Según su interpetación, las autoridades sólo pueden solicitar sin permiso judicial el nombre, la dirección, la duración del contrato y las facturas de un usuario.
El Departamento de Justicia argumenta que los cambios propuestos aclararán la situación. La formulación actual "causa confusión y puede dar lugar a disputas legales innecesarias", dijo el portavoz Dean Boyd al Washington Post.
Pero expertos legales y en protección de datos no están de acuerdo, y creen que la nueva ley ampliará los poderes de las agencias de inteligencia. "El acceso a los datos se hará más fácil y rápido", dijo a este diario Stewart Baker, ex funcionario del Departamento de Seguridad Interior. "Para algunos proveedores de Internet, esto significará entregar más informaciones al FBI", agregó.
Según estos medios, el FBI podrá consultar sin autorización judicial las páginas web visitadas por un usuario, la identidad de los destinatarios de sus correos electrónicos y el lugar desde donde los mensajes fueron enviados y recibidos. Sin embargo, el contenido de los correos seguirá estando protegido.
El periódico The New York Times consideró que la solicitud extendida del gobierno al Congreso para cambiar la ley es "un innecesario y decepcionante paso atrás".
Muchas empresas proveedoras de acceso a Internet se niegan a entregar estos datos al FBI, pues alegan que la legislación no es suficientemente clara. Según su interpetación, las autoridades sólo pueden solicitar sin permiso judicial el nombre, la dirección, la duración del contrato y las facturas de un usuario.
El Departamento de Justicia argumenta que los cambios propuestos aclararán la situación. La formulación actual "causa confusión y puede dar lugar a disputas legales innecesarias", dijo el portavoz Dean Boyd al Washington Post.
Pero expertos legales y en protección de datos no están de acuerdo, y creen que la nueva ley ampliará los poderes de las agencias de inteligencia. "El acceso a los datos se hará más fácil y rápido", dijo a este diario Stewart Baker, ex funcionario del Departamento de Seguridad Interior. "Para algunos proveedores de Internet, esto significará entregar más informaciones al FBI", agregó.
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