Las relaciones comerciales de Argentina viven en los últimos tiempos momentos de inusual tensión. Esta semana, el país debió defenderse ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las acusaciones europeas de que restringe el ingreso de alimentos de la Unión Europea (UE).
En tanto, la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se prepara para viajar la semana próxima a China, donde espera poder revertir la decisión de Pekín de limitar la compras de aceite de soja argentino, decisión que –según los expertos- sería una represalia por las trabas argentinas a las importaciones chinas.Lea: Argentina se enoja con China
En 2009, Buenos Aires ya se había enfrentado con su principal socio comercial, Brasil, por las llamadas "licencias no automáticas", una serie de permisos impuestos a productos de origen brasileño, que estaban frenando la llegada de mercadería del país vecino.
Las protestas por las presuntas medidas proteccionistas argentinas se suman a otro malestar que aqueja a muchos de los que trabajan en el comercio exterior del país: las barreras sobre la exportación.
Las agrupaciones que representan al campo denunciaron a BBC Mundo que hace años sufren restricciones sobre la venta en el exterior de productos agropecuarios, en especial la carne y trigo.
En los últimos días el gobierno también anunció que limitará las exportaciones de azúcar, debido a una faltante del producto en el mercado interno.
Medidas silenciosas
Recientemente, la Cámara Internacional de Comercio (ICC, por su siglas en inglés) dio a conocer un informe en el que revela que Argentina es el cuarto país del mundo con más medidas proteccionistas, después de Rusia, Estados Unidos e India.Lo que distingue a las barreras, tanto sobre la importación como sobre la exportación, es que en la mayoría de los casos no son restricciones directas.
En lo que respecta a las trabas sobre las exportaciones, se trata en general de una serie de autorizaciones burocráticas que en la práctica frenan el envío de mercadería al exterior.
Un vocero de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) le dijo a BBC Mundo que estos permisos se aplican principalmente sobre ciertos alimentos de consumo popular en el país.
"Son productos que de acuerdo a los criterios de la autoridad del comercio son sensibles para lo que hace al abastecimiento doméstico y el control de precios", afirmó.
Según el experto en comercio exterior Mauricio Claverí, de la consultora económica Abeceb.com, la caída en los ingresos en Argentina y el aumento de los precios de los insumos básicos en el mercado internacional hacen que para la mayoría de los productores de alimentos resulte más redituable colocar sus mercancías afuera o aumentar los precios locales.
"Es por eso que el gobierno interviene, para garantizar que se abastezca el mercado local y se mantengan los precios bajos", dijo a BBC Mundo.
"Órdenes no escritas"
En cuanto a las barreras sobre las importaciones, también se aplican de forma indirecta, según afirman los interesados.Hace semanas los dueños de supermercados revelaron a la prensa haber recibido presión de parte de la Secretaría de Comercio para limitar la compra de productos extranjeros, favoreciendo en vez la producción local.
Funcionarios del gobierno y la propia mandataria negaron que se estuviera aplicando una política proteccionista.
No obstante, diversos representantes del sector dieron cuenta de "órdenes no escritas" en tal sentido, lo que se vio reflejado en una acumulación de contenedores con importaciones, que quedaron varados en puertos del país.
Para Claverí, el gobierno argentino busca una fórmula alternativa para hacer frente a la reducción en su superávit comercial, sin exponerse a sanciones.
"Argentina ya probó con las trabas legales, como las licencias no automáticas, y generó muchos roces con sus principales socios, en especial Brasil. Entonces ahora no puede hacer un uso tan extendido de estas trabas y se ve obligado a recurrir a este tipo de medidas, que son más difíciles de comprobar", señaló el experto.
Sustitución de importaciones
Según los analistas, lo que busca el gobierno argentino es reeditar el modelo de sustitución de importaciones, que tuvo éxito en 2003/4 cuando el país sufría una devaluación tras haber superado la peor crisis económica en su historia.Sin embargo, muchos advierten que las medidas "ad hoc" impuestas actualmente por el gobierno amenazan el futuro comercial del país.
"Si estas medidas hicieran parte de una política industrialista podrían funcionar, pero de la manera en que se usan tiene un enfoque cortoplacista y afecta la cadena de productividad en el mediano y largo plazo", opinó Claverí.
Otros advierten sobre los costos que paga el país en términos de sus relaciones comerciales.
Además del malestar con China, que podría hacer que Argentina pierda al principal comprador de su principal producto (la soja), también la UE amenazó con frenar un posible acuerdo de libre comercio con el Mercado Común del Sur (Mercosur) si la segunda economía del bloque persiste en su postura proteccionista.
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